Hace unos días estaba hablando con un colaborador y tuve que colgarle. "Te llamo luego, que tengo un brownie". Es una expresión que utilizo a menudo, cuando tengo que solucionar un problema, un marrón.
Como sabes, el brownie es un bizcocho de chocolate pero... ¿por qué asociamos el brownie con un problema? Vayamos por pasos.
- El brownie debe su nombre a su color marrón, que le da el chocolate de la masa (brown es marrón en inglés).
- El marrón es la sentencia que le llega a un preso. Se denomina así porque llega en un sobre marrón, sencillamente. Dentro va la noticia: “me voy a comer un marrón de x años”.
- Un brownie es un marrón por la mezcla de los puntos 1 y 2.
Pero hace poco, descubrí que los brownies son también unas criaturas de la mitología escocesa, pequeños duendecillos que vivían en las casas y se dedicaban a hacer labores y tareas domésticas cuando los humanos no los veían. Tenían la piel oscura (de ahí su nombre) y eran sinónimo de bondad y bienestar. Cuenta la leyenda que los brownies no pedían nada a cambio de su trabajo, eran felices por el mero hecho de ayudar y no entablaban relación con los humanos, que solo podían recompensarles dejándoles un cuenco con crema, algo de pan, miel y un poco de cerveza.
El cocinero Walter Catalán hubiera agradecido tener uno de estos duendes cerca cuando, en 1897, se olvidó de poner levadura a la masa de su bizcocho de chocolate. Pero Walter estaba en Boston, Estados Unidos, y no en Escocia, así que ningún duende pudo reparar su error.
El caso es que, cuando Walter se dio cuenta de su descuido, el bizcocho ya estaba en el horno. Y decidió acabar de cocerlo mientras empezaba de cero la receta. Qué sorpresa tuvo al probar su "error"... el bizcocho no había subido, claro, pero había quedado húmedo y cremoso por dentro y con una capa crujiente por fuera. ¡Estaba delicioso! Era de un color muy oscuro, así que decidió llamarle brownie.
Otra versión de la historia cuenta que el brownie se inventó en 1892, durante la Exposición Mundial de Columbia para conmemorar los 400 años de la llegada de Colón a América. Bertha Palmer, que dirigía el Hotel Palmer con su marido, fue una de las organizadoras de la feria y le pidió al chef pastelero de su hotel, Joseph Sehl, que preparara un dulce que pudiera transportarse en una cajita, para que las damas que visitaban la exposición pudieran llevarlo sin ensuciarse las manos.
No sé cuál es la versión real, pero el brownie traspasó fronteras y hoy es famoso en el mundo entero. Lo que no se sabe tanto es que, en función de la proporción en que se usen los ingredientes, hay 3 tipos de brownie. El cakey es el más esponjoso y abizcochado; el fudgy es más denso y pegajoso y el chewy, más compacto. ¡Ah! Y si en lugar de chocolate negro usas chocolate blanco, lo que obtienes es un blondie.
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
Buenas compras
Recetas que te gustarán