Quizás no hayas oído nunca el nombre de frisuelos . Tampoco frixuelos . ¿Y filloas ? ¿Te suenan más? No dejan de ser primos hermanos, solo que unos proceden de Asturias y los otros, de Galicia. En León también los preparan (allí los llaman frijuelos o fajuelos). Y aunque son una receta típica de los días de carnaval , son perfectos para cualquier otra época del año. Si tienes niños, pídeles que te ayuden a preparar la masa. Es superfácil. De hecho, es una receta muy parecida a las crepes , que seguro has preparado más de una vez. Las filloas han sido durante siglos un postre emblemático en las cocinas delnorte de España. Su origen se remonta a tiempos antiguos, cuando se elaboraban con los ingredientes más básicos disponibles en las casas, como leche, huevos y harina. En muchas familias, la receta se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose en un símbolo de tradición y reuniones familiares. Aunque en la actualidad suelen disfrutarse con un toque dulce , originalmente las filloas también se preparaban en versión salada . En algunas casas gallegas aún se elaboran con un caldo ligero en lugar de leche, lo que les da un sabor más neutro y las hace perfectas para acompañar platos de carne o embutidos . Si te han gustado las filloas gallegas que son como crepes, no te puedes perder nuestras recetas de crepes rellenas, desde las de dulce de leche , hasta las de crema de limón o las de plátano, avena y manzana . ¿Cuáles te llaman más la atención? ¿Te animas a prepararlas? La preparación de las filloas no tiene ningún misterio, solo hay que mezclar bien los ingredientes , dejar reposar la masa (pero si tienes mucha prisa o muchas ganas de comerlas ¡ya!, puedes saltarte este paso) y cocinarlas en una sartén caliente . En pocos minutos, tendrás listas unas filloas doradas, finas y llenas de sabor, perfectas para disfrutar con azúcar, miel o cualquier otro acompañamiento. Si quieres darles un toque más aromático, puedes sustituir la ralladura de naranja por limón o incluso añadir un chorrito de anís a la masa. Este pequeño detalle llevará su sabor a otro nivel y les dará un toque más tradicional, como se hacía en algunas zonas del norte de España. Esta receta es también una opción excelente para una merienda especial o un desayuno diferente . Puedes acompañarlas con un buen café, un vaso de leche caliente o incluso un poco de chocolate a la taza para los más golosos. Su textura y su sabor hacen que sean perfectas para cualquier momento del día. Si te animas a hacerlas en casa, intenta preparar una buena cantidad, ya que suelen desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. ¿A qué esperas?