El calabacín es una hortaliza "fácil". Tiene un sabor suave que gusta a todos, incluso a los niños, y está compuesta principalmente por agua y fibra, por eso es tan ligera y amiga de las dietas. ¡Solo aporta 16 calorías por 100 gramos!
Lo bueno de comer calabacín, a parte de que no engorda (a no ser que lo frías o lo reboces, claro), es que le estás dando a tu cuerpo vitamina C y B; calcio, fósforo y magnesio para cuidar tus huesos; fibra para hacer una digestión fácil... Descubre todos los beneficios de incluir el calabacín en tu dieta.
Hemos seleccionado para ti 30 recetas para que puedas comer calabacín tantas veces como quieras sin aburrirte. La mayoría son primeros platos, pero también hay aperitivos light y segundos platos en los que esta hortaliza hace las funciones de acompañante para carnes y pescados.
5 recetas de calabacín para un aperitivo
Para conseguir que el calabacín compita con las croquetas y las olivas en igualdad de condiciones, tenemos que convertirlo en un aperitivo superapetitoso. Que entre por la vista y conquiste por el paladar. Así lo hemos hecho en todas estas recetas.
3 recetas de espaguetis de calabacín
Para los que aman la pasta pero no pueden permitirse el lujo de comerla siempre que lo desean, o simplemente para los que quieren disfrutar del calabacín... de otra manera. El truco está en cortar el calabacín con un espirulizador, un gadget que lo convierte en tiras estrechas y largas, muy parecidas a los espaguetis. Si no lo tienes (es muy económico, te aconsejamos que te compres uno), también puedes rallar el calabacín con un rallador de grosor medio y obtendrás un resultado similar, al menos en cuanto al sabor.
3 recetas de cremas de calabacín
¿Pensabas que solo había una manera de hacer crema de calabacín? ¡No! Hay muchas, aquí te proponemos cuatro. Se parecen pero tienen pequeños matices de sabor porque combinan el calabacín con otros ingredientes, y se acompañan con toppings diferentes: gambas, tejas de queso, picatostes, almendras...
6 recetas de calabacines rellenos (barquitas o troncos)
Es una de las maneras más tradicionales de servir calabacines, y la comparten con las berenjenas. Se parten por la mitad a lo largo, se vacían y rellenan. O se cortan en 2 o 3 trozos para que se sostengan de pie y se pueda poner dentro el relleno escogido: salmón, bonito, mejillones, puré de patata, carne picada, verduras, pollo...
4 recetas de rollos o paquetitos de calabacín
Para hacer estas recetas, necesitas cortar el calabacín en sentido longitudinal, para conseguir láminas muy muy finas. Si tienes una mandolina, te será de gran ayuda. Con estas láminas, envolvemos otros ingredientes, formando una especie de canelones, o doblándolas sobre un relleno para formar paquetitos o pañuelitos.
3 tortillas de calabacín
De la clásica tortilla de calabacín, que puede ir solo o acompañado de otras verduras como puerro, cebolla, pimientos... a las fritattas (que no dejan de ser tortillas cocidas de una manera distinta) a los calabacines como acompañamiento de unos huevos escalfados. También sería una buena opción un revuelto de calabacín: sencillo y buenísimo.
3 pasteles salados de calabacín
Deliciosas tartas saladas que cunden mucho dan muy poco trabajo, ya verás. Pero te resuelven el primer plato o la cena. Una con más verduras, tipo quiche, un pastel tipo plumcake con requesón y otro con champiñones.
3 segundos platos con calabacín
En estas recetas, es cierto que el calabacín no es el ingrediente principal, pero sí cumple una función importante: acompañar a las carnes o pescados que lo son. Añadiéndoles sabor, frescor y ligereza sin competir con su sabor. O sea, podríamos decirlo así: el calabacín también es el acompañamiento ideal.