Un dulce recuerdo de infancia

Newsletter del viernes 14 de febrero de 2025

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

Encasadas
Cocina Fácil / RBA / Cristina Alvarez

Hay recetas y sabores que se quedan clavaítos en la memoria. Y, de alguna u otra manera, te marcan para siempre. El otro día hablaba con mi hermana y vi que compartimos un mismo recuerdo (qué bonito). Las dos nos acordamos de que, cuando éramos niñas, después de llevarnos a la revisión médica, ya de vuelta a casa, siempre nos parábamos en una diminuta pastelería de la calle Balmes y nuestra madre compraba encasadas

No nos las comíamos en la calle, no. Salíamos de la pastelería con el paquetito en la mano, era nuestro pequeño tesoro. Y nos esperábamos a llegar a casa (bien por mi madre, entrenando nuestra paciencia) para compartir aquel preciado dulce con mi padre, mi abuela y mis tíos. Las encasadas tenían el poder de transformar un día de médico en una fiesta. Muy fuerte 🥰.

Aquella pequeña pastelería cerró, y con ella desaparecieron las encasadas. Y mi hermana y yo nos hicimos mayores. Pero no dejamos de buscar otra pastelería donde vendieran este dulce típico y tradicional de Barcelona. Que yo sepa, hoy solo queda una (pero shhhhttt 🤫 yo las he probado y no son lo mismo. No digo que no estén buenas, pero no son las que guardo en mi memoria).

Así que hace unos días decidí probar suerte y hacerlas yo en casa. Llámame atrevida, pero lo logré. En cuanto las saqué del horno le envié una foto a Anna (mi sister) y su respuesta fue: "¡Cris! ¡Espectaculares! ¡Yo las querré probar, me encantan!". Tendrá que ser otro día porque entre mi hijo y yo nos las cepillamos esa misma tarde.

Por cierto, siempre había pensado que se llamaban enquesadas porque son de queso (mató, un requesón catalán). Pero no, su nombre es encasadas porque la base y la tapa de masa casan una con la otra con el relleno dentro, formando una cúpula perfecta. 

P.D.: parece que a Albert Einstein también le gustaban las encasadas barcelonesas... Las probó en su visita a Barcelona, en 1923. ¡Buen gusto, Albert!

Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.

El viernes que viene, más.

Buenas compras

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