Recuerdo que hace unos años me invitaron a la matanza del cerdo en un pequeño pueblo de Lleida. Era en casa de una amiga, y para ellos eran días de auténtica fiesta, en los que todo el pueblo participaba y ayudaba de una u otra manera.
Reunidos en el garaje de una casa de pueblo, formaban una especie de cadena de montaje, donde cada cual tenía su función: unos mezclaban la carne con las especias (en una fórmula secreta que no conseguí que me dieran), otros embutían las butifarras, otros preparaban morcillas... Y, en un rincón del espacio, con un hornillo y una gran sartén llena de aceite, dos o tres abuelas se dedicaban a preparar el postre: orelletes. Y estos dulces fritos y azucarados se iban comiendo durante todo el día.
Las orelletes de Carnaval son de esos postres fritos tradicionales que no deberían pasar nunca de moda. Son fáciles, rápidas de hacer y muy baratas, y a diferencia de otras recetas de postres similares, como las orejas de Carnaval, no llevan anís sino vino blanco, que les da un sabor distinto.
La base es una masa casera hecha con harina, huevo, azúcar, leche y vino blanco. Se amasa bien, se deja reposar, se estira y se corta para luego freírla en aceite caliente. Después, se espolvorea con azúcar y ¡ya está!
Con las cantidades que te damos en la receta te saldrán aproximadamente unas 20 orelletes. Así que, según cuántos seáis en casa, igual tienes que doblar los ingredientes... Sobre todo si tienes cerca a los niños mientras vas haciendo las orelletes, es posible que te desaparezcan unas cuantas antes de llevarlas a la mesa.
Aunque las orelletes de Carnaval son típicas de Cataluña, hay muchos postres parecidos que se disfrutan en muchas otras regiones. Cada familia tiene su propia versión de la receta, pero el resultado siempre es el mismo: un dulce dorado, crujiente y delicioso.
Prepararlas en casa es un plan perfecto para compartir en familia. Es una receta sencilla en la que los niños pueden ayudar a amasar y cortar la masa antes de freírlas (siempre con supervisión de un adulto en la parte de la fritura).
Si nunca has hecho orelletes de Carnaval, verás que es más fácil de lo que parece. Solo tienes que mezclar los ingredientes de la masa, dejarla reposar, estirarla bien fina, cortarla en tiras y freír hasta que estén doradas. En menos de una hora tendrás listas unas orelletes crujientes y deliciosas para disfrutar en cualquier momento.