Quedan 4 días para que se acabe 2024. Ya estoy nerviosa. ¿Me comeré todas las uvas al ritmo de las campanadas este año? Últimamente lo consigo siempre (claro que las pelo y les saco las pepitas, pero ¿dónde está escrito que eso sea trampa?), y mira, tengo la ilusión de que empiezo el año con buen pie. También me gusta poner algo de oro en la copa del cava, porque dicen que atrae el dinero, siempre miro a los ojos cuando brindo (ya sabes, si no son 7 años de mal... dejémoslo aquí) e intento llevar alguna prenda de la ropa interior de color rojo... supersticiosa que es una.
Y es que la noche del 31 de diciembre está llena de rituales y lenguajes secretos alrededor de la mesa. Después de la cena (por cierto, aquí tienes el mejor menú) viene la más conocida, la de las uvas de la suerte, que simbolizan la prosperidad de los 12 meses que vienen. Pero no es la única.
A la hora de servir el vino, por ejemplo. Sobre el vino sobrevuelan buenos y malos presagios. Si se derrama vino sobre la mesa, deberás mojar tus dedos índice y corazón con él, tocarte la frente y gritar ¡alegría, alegría! En realidad, esto es una mezcla de dos supersticiones. Una, religiosa, pues el vino simboliza la sangre de Cristo y derramarla es sacrilegio, por eso hay que santiguarse. La otra, pagana, atribuye al derrame del vino una señal de abundancia. Lo que no se puede permitir, en ningún caso, es servir el vino con la izquierda. En la Edad Media, significaba traición (así se indicaba a quién había que matar). Zurdos del mundo, dejad que los diestros sirvan el vino.
Si el vino es la sangre de Cristo, el pan es el cuerpo (perdón que me ponga tan religiosa pero no olvidemos que la Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús...). Por eso, poner el pan boca abajo es una ofensa a Cristo. “Hay que poner el pan boca arriba, si no la Virgen llora”, decía mi abuela. También besar el pan, si por un infortunio se cae al suelo, viene de la costumbre de besar todas las cosas santas y dicen que evita disputas familiares. Es mejor cortar el pan con las manos que con un cuchillo, pues así lo hizo Cristo en la Última Cena. Y si además has hecho pan casero siguiendo alguna receta de Cocina Fácil... ¡tienes la suerte asegurada!
Y si "derramar el vino es buen sino, derramar la sal, mala señal", dice el refrán. Si tiras la sal, échate un poquito sobre el hombro izquierdo, así ahuyentarás la mala suerte y los espíritus malignos. También da mala suerte pasarse el salero de mano a mano, porque se va el dinero y vienen las peleas. Mejor déjalo sobre la mesa y no tientes a la suerte.
También es importante la forma en que dejas los cubiertos sobre el plato. Más que una superstición, es un lenguaje en sí mismo. Si los dejas en paralelo, en sentido vertical, significa que ya has terminado. Si los pones formando un triángulo (con los extremos superiores tocándose), querrá decir que solo estás haciendo una pausa. ¿Te ha gustado mucho el plato? Pon los cubiertos paralelos y en horizontal, con el mango a la izquierda. Si, por el contrario, la comida te ha decepcionado, crúzalos sobre el plato.
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
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