No sé si eres de Halloween o de Todos los Santos. En cualquier caso, lo de celebrar el día de los muertos es una tradición ancestral que, como tantas otras, se celebra comiendo. Momias, escobas de bruja y otras recetas terroríficas en el primer caso. Panellets y dulces de la abuela en el segundo. Yo, supongo que por edad y por cultura, soy del grupo B. Y me parece alucinante que, en origen, los panellets fueran una ofrenda a los muertos (quizás, como son un chute de energía, creían que eran capaces de resucitarlos...).
Pero no. La comida, por muy buena que sea, no puede devolver la vida. Otra cosa es que... sí puede quitarla. Y hoy es el día más indicado para hacer un repaso a los personajes que murieron por culpa de la comida. Hay casos... ¡para morirse de la risa!
François Vatel, chef francés
Era el cocinero del rey francés Louis XIV y fue el creador del chantilly, una crema dulce ideal para acompañar frutas y pasteles. Era muy perfeccionista, y cuando se enteró de que el marisco que debía cocinar para un banquete en honor al rey Sol no le llegaría a tiempo, se quitó la vida.
Rey Henry I de Inglaterra
Se dice que era un gran aficionado a organizar fiestas y banquetes y que su comida favorita era la lamprea, un pescado similar a la anguila. Una de esas noches de fiesta, desoyendo a sus médicos, comió y comió lampreas como si no hubiera un mañana. Al poco tiempo, enfermó y murió.
Rey Adolf Frederick de Suecia
En una fiesta de Mardi Gras previa a la Cuaresma, organizó un gran festín con toda clase de delicatessen como caviar, langosta, champagne... A la hora del postre, Adolf se comió 14 semlas, un bollo sueco relleno de crema que antiguamente se servía en un tazón de leche. La indigestión fue descomunal y la muerte, irremediable. Ya sabes lo que dicen, "de grandes cenas están las tumbas llenas".
Atila, rey de los hunos
Atila murió en su noche de bodas, después de una bacanal de película en el que comió y bebió hasta quedar inconsciente. Al estar borracho, no se dio cuenta de que le sangraba la nariz y murió ahogado con su propia sangre.
Claudio, emperador romano
Parece que Tiberio Claudio César Augusto Germánico era un fan de las setas, y sus enemigos le envenenaron dándole el cambiazo a unos champiñones por amanitas phalloide.
Tycho Brahe, astrónomo danés
Durante un banquete real, Tycho Brahe tenía mucho pis, pero le daba apuro levantarse para ir al baño (hubiera sido de mala educación). Así que siguió sentado, comiendo y bebiendo, hasta que su vejiga explotó. Murió 11 días después.
Francis Bacon, científico y político inglés
El ex canciller británico murió rellenando un pollo con nieve. Quería demostrar las propiedades conservantes del hielo, pero parece que se expuso demasiado al frío y a la humedad y murió de una neumonía al cabo de unos días.
Kurt Gödel, matemático austriaco-estadounidense
Era un coco, pero también un poco paranoico. Creía que querían envenenarlo, así que solo comía lo que le cocinaba su mujer, Adele. Pero ella se puso enferma y tuvo que ingresar en el hospital... y Kurt decidió dejar de comer. Seis semanas estuvo ingresada Adele, y justo antes de que le dieran el alta, él murió de desnutrición.
No puedo despedirme sin mencionar el pastel muerte por chocolate, el que ilustra la foto superior. Aunque esa es otra manera de morir, ¡de placer!
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
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