Ni patata ni cebolla: esta crema de calabaza lleva unos ingredientes que aportan un sabor único (no imaginas cuáles son)

Actualiza la tradicional receta de crema de calabaza dándole un toque cítrico y picante muy original gracias al contraste del jengibre y la naranja. ¡Un montón de vitaminas!

Isabel Zuñiga
Isabel Zúñiga

Redactora especializada en recetas de cocina

crema de calabaza con naranja iStock 1045913882
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2 personas
55 min

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Temporada:

Otoño

Tipo Plato:

Primeros platos y entrantes

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Todo recetario que se precio debe contar con unas buenas cremas que aporten nutrientes, sean fáciles de elaborar y solucionen tanto comidas como cenas. Según nos vamos adentrando en el otoño, hay ciertas cremas que van cogiendo posiciones para convertirse en las absolutas protagonistas de la temporada, como son la crema de castañas y setas, la crema de boniato y, por supuesto, la crema de calabaza.

Aunque a priori parezca que no da mucho juego, una sencilla crema de calabaza puede ganar muchísimo sabor añadiéndole un toque cítrico y otro picante. ¿Cómo? Incorporando naranja y jengibre a la lista de ingredientes. Ya ves que se trata de una receta muy fácil y que además puedes dejar preparada el día anterior, con lo que será perfecta para cuando llegues a casa con hambre y no quieras asaltar la nevera.

Otro truco para facilitar su elaboración es comprar la calabaza ya pelada, cortada y envasada al vacío. La próxima vez que vayas al supermercado fíjate bien porque, aunque en ocasiones pasa desapercibida, suele estar disponible en los refrigerados de la frutería la mayor parte del año; esto es debido a que hay variedades que se cultivan en los meses anteriores, y no en otoño.

Una vez tengas los ingredientes preparados, solo es cuestión de asar la calabaza y un diente de ajo, lo que te llevará una media hora. Luego tendrás que triturarla con ajo, jengibre molido, y la ralladura y el zumo de una naranja, que tendrás que haber lavado muy bien previamente. Para que te quede una textura cremosa, puedes añadir agua o caldo de verduras, siempre de menos a más para que no quede demasiado líquido. Por último, salpimienta al gusto y sirve con semillas y un chorrito de aceite.

Ingredientes paraNi patata ni cebolla: esta crema de calabaza lleva unos ingredientes que aportan un sabor único (no imaginas cuáles son)

  • 300 gramos de calabaza
  • Zumo de 1 naranja
  • Ralladura de 1 naranja
  • 1 diente de ajo
  • Jengibre molido
  • Semillas de sésamo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal

1. Prepara la calabaza

Corta la calabaza en trozos del mismo tamaño para que se asen todos por igual. A continuación colócalos separados unos de otros sobre la bandeja de horno forrada con papel sulfurizado. Añade un chorrito de aceite y sal al gusto. Quizá te resulte más cómodo utilizar aceite en spray para que se reparta mejor.

2. Asa la calabaza

Precalienta el horno a 200 ºC. Coloca la bandeja a media altura y asa la calabaza unos 30 minutos. El tiempo puede variar en función de la cantidad y el tamaño de los trozos, con lo que lo ideal es que te asegures que está tierna pinchándola con un tenedor. A mitad de horneado agrega un diente de ajo: si lo haces desde el principio corre el riesgo de quemarse. 

3. Tritura la calabaza

Pon la calabaza y el ajo pelado en el vaso de la batidora. A continuación agrega la ralladura de la naranja y una pizca de jengibre molido. Añade un vaso de agua y tritura hasta que esté cremosa. Si está demasiado espesa, agrega más agua hasta que esté a tu gusto.

4. Emplata y sirve

Reparte la crema en dos cuencos. Espolvorea semillas de sésamo, calabaza o las que tengas por casa. Aunque también está buena a temperatura ambiente, resultará más reconfortante si la sirves caliente.

Consejos para darle más sabor

  • Si quieres que tu crema tenga aún más sabor y sea más saludable, solo tienes que sustituir el agua que añades al triturar por caldo de verduras, mejor todavía si es casero. 
  • Un consejo que te sirve para cualquier receta de crema es que no te precipites al añadir el líquido, ya sea caldo o agua. Hazlo mejor poco a poco hasta que veas que obtienes la textura deseada: en cualquier momento puedes añadir más. 
  • El jengibre molido es muy socorrido porque siempre lo tienes a mano, pero si tienes la oportunidad de utilizarlo rallado en el momento verás cómo gana tanto en sabor como en intensidad. Recuerda que es algo picante, así que es preferible que te quedes corto y añadas más al final cuando rectifiques el punto de sal.
  • En el supermercado encontrarás bolsas con semillas variadas que te vendrán muy bien para añadir el toque crujiente tanto a esta crema como a hummus u otro tipo de elaboraciones.
  • En otoño es muy fácil encontrar pumpkin spice, un combinado de especias que combina muy bien con las elaboraciones a base de calabaza, café latte incluido. Lleva canela, jengibre, nuez moscada, clavo molido y pimienta de Jamaica.
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