Un paso clave
Uno de los secretos de este plato, además de usar ingredientes de primera calidad, es la ajada que acompaña el bacalao y las patatas. Esta salsa, tan típica de Galicia, es una maravilla para el paladar. Elaborada a base de aceite de oliva, dientes de ajo y pimentón, se utiliza para aderezar pescados, como la merluza o el rape, pero también para acompañar verduras cocidas o al vapor.
A la hora de realizarla, ten presente que los dientes de ajo si están demasiado quemados, pueden amargar el plato. Así que, mientras hagas este paso, procura estar cerca de los fogones. Por otro lado, antes de poner el pimentón, recuerda que debes apartar la sartén del fuego y dejar que el aceite pierda un poco de temperatura. Así quedará perfecto.
Y un apunte más sobre la ajada: en nuestra receta, hemos usado pimentón dulce, pero también puedes optar por uno picante. Y si solo quieres darle un toquecito, utiliza una mezcla de ambos.
Bacalao fresco o desalado
Respecto al pescado, para realizar esta receta, nos hemos inclinado por un bacalao fresco, pero si quieres prepararlo a la manera tradicional, puedes decantarte por un bacalao desalado.
Si te apetece desalarlo en casa, coloca los trozos de pescado en un recipiente amplio y cúbrelos totalmente con agua. Luego, déjalos en remojo en la nevera unos 3 días, cambiando el agua cada 6-8 horas. Si, pasado ese tiempo, notas que el bacalao todavía está salado, cambia el agua y déjalo un poco más.
Respecto al tiempo de cocción, dependerá del grosor de las piezas. En general con unos 7 minutos será suficiente, pero si son muy gruesos, puede que necesiten un par de minutos más.
Consejos para el bacalao fresco a la gallega
- Para que los ajos no repitan, acuérdate de retirar el germen que tienen en su interior.
- Si quieres dar todavía más sabor a la ajada, vierte un chorrito de vinagre justo después de echarle el pimentón.
- Además de las patatas, puedes enriquecer este plato con unos ramilletes de coliflor.