Hace ya muuuchos años, siendo jovencita, hice un viaje con amigos por Europa. Atravesando los Alpes suizos, se nos hizo de noche y paramos a cenar en el primer sitio que vimos. “¡Mirad, hacen fondues! ¿Os apetece?”, dije. Dios mío, qué buena estaba…
Pero no contábamos con que, pese a su apariencia inofensiva, la fondue lleva alcohol… y bastante. Salimos del restaurante más que contentos. Eufóricos, diría yo, con las mejillas sonrojadas y un calorcito interior que daba gusto. De repente, ya no hacía frío en los Alpes, jajajaa. El causante de ese fuego interior era el kirsch, el aguardiente de cerezas que lleva la auténtica fondue.
Después de aquella experiencia, siempre que he hecho fondue de queso la he preparado con vino blanco, ¡queda más suave y menos peleona! Eso sí, de lo que no prescindo es del gruyère y del Vacherin Fribourgeois, los dos quesos típicos de la fondue suiza moitié-moitié.
Me imagino que los pastores suizos que inventaron la fondue no se andaban con tanta exigencia. Para ellos, esta receta era pura supervivencia. Y la hacían con lo que tenían a mano: un trozo de queso endurecido, un mendrugo de pan más duro todavía y un buen chorro del licor que les ayudaba a soportar el frío de las montañas.
Tampoco creo que los pastores tuvieran un caquelon (el aparato para hacer fondues). Pero para mí, este artilugio forma parte de la magia de la receta, pensada para compartir. ¿Sabías que en muchos lugares se come para celebrar el día de la amistad? Hacer una fondue es francamente divertido: con sus pinchos, su hornillo, ese trozo de pan que siempre se pierde en el queso... En un cómic de Astérix, se retrata una tradición en torno a esos trozos de pan perdidos en la inmensidad del queso. Quien pierde uno tiene que pagar una prenda o hacer una prueba que le propongan los demás comensales. ¡Igual lo pongo en práctica en mi próxima fondue!
Curiosidades sobre la fondue
- Algunos sets para fondue incluyen un pequeño colador para rescatar los trozos de pan que se pierden en el queso.
- Fue la Unión Suiza del Queso la que popularizó la fondue como plato nacional, en la década de 1930, para aumentar el consumo de queso.
- La primera receta escrita de una fondue la recogió un libro de 1699 publicado en Zúrich y lleva por nombre Käss mit Wein zu kochen (cocinando queso con vino). Más tarde, el francés Jean Anthelme Brillat-Savarin escribió sobre la fondue en La physiologie du goût (la fisiología del gusto), de 1825, aunque en esa receta, los quesos se fundían en una mezcla de huevos y mantequilla.
- En la década de 1960 nació la fondue de chocolate, la versión dulce de esta receta, en la que se bañan frutas, galletas, merengue, bizcochos...
- Existen en el mundo variantes de la fondue de queso, como la oriental o shabu-shabu, que en lugar de queso se hace con caldo caliente y verduras, carnes y pescados. O la bourguignon, en la que la carne (de ternera) se cocina en aceite caliente.
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
Si quieres comprar un caquelon, hemos hecho una selección de los mejores, no te pierdas el artículo:
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