Sopa de col con huevo

Aquí tienes una receta de sopa vegetal, muy fácil de hacer, completa y reconfortante. Se prepara con col, puerro, patata, jamón serrano y un huevo para cada plato a servir.

SOPA DE COL CON HUEVO.
SOPA DE COL CON HUEVO.
Cocina Fácil / RBA / A.J.J. ESTUDI, S.C.P.
4 personas
35 min
249 Cal

5

(2 votos)

Dieta:

Mediterránea

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Técnica mixta

Tipo Plato:

Primeros platos y entrantes

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Hay días en los que lo único que apetece es un buen plato de sopa casera, de esos que te hacen sentir como si estuvieras en la cocina de la abuela. Y aunque hay mil maneras de preparar sopa, esta sopa de col con huevo tiene algo especial. Es fácil de hacer, económica, y además reconfortante y nutritiva. ¡Esta sopa lo tiene todo para triunfar!

Lo cierto es que, a veces, la col no tiene la mejor fama en la cocina. Hay quien la asocia a platos aburridos o incluso a esa dieta milagrosa de la sopa de col que promete lo imposible. Pero nada más lejos de la realidad. La col, bien preparada, puede ser una auténtica delicia. Y en esta receta, combinada con patata, puerro, jamón serrano y ese huevo pochado que se mezcla con el caldo, se convierte en un plato redondo.

Además, esta sopa tiene ese aire hogareño que tanto apetece cuando el frío aprieta. Es como volver a la infancia, cuando llegabas a casa después de un día de colegio y el aroma a sopa llenaba toda la cocina. Y aunque ahora las cosas sean distintas y el tiempo escasee, dedicar unos minutos a preparar esta receta merece la pena. No se trata solo de comer, sino de recuperar un poco ese espíritu casero y sin prisas.

Ingredientes paraSopa de col con huevo

  • 1/2 Col
  • 2 Patatas
  • 1 Puerro
  • 50 gramos de Jamón Serrano
  • 4 Huevos
  • Pimentón
  • Aceite
  • Sal
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1. Prepara las verduras

Empieza limpiando la col, quitando las hojas más externas y cortándola en trozos medianos. Luego, pela las patatas y pártelas chascándolas, un truco que ayuda a que suelten almidón y espesen un poco el caldo. El puerro, por su parte, límpialo bien para quitar los restos de tierra y córtalo en juliana fina.

2. Sofríe el puerro

Calienta un buen chorro de aceite en una cazuela y añade el puerro. Rehógalo a fuego medio hasta que empiece a dorarse. Ese punto ligeramente caramelizado le da un sabor increíble al caldo, así que no tengas prisa.

3. Cocina la col y las patatas

Incorpora las patatas a la cazuela y cúbrelas con agua. Añade una pizca de sal y deja que cuezan durante unos 10 minutos. Luego, suma la col y cocina todo junto otros 10 minutos más, hasta que las verduras estén tiernas pero no deshechas.

4. Cuece los huevos

Aquí llega el momento clave. Casca los huevos en una taza y, con cuidado, viértelos en el caldo caliente. Lo ideal es hacerlo uno a uno, para que no se rompan. Déjalos cocer unos minutos, hasta que las claras estén cuajadas pero las yemas sigan cremosas.

5. El toque final

Antes de servir, añade el jamón serrano cortado en trocitos y espolvorea un poco de pimentón por encima. Sirve la sopa bien caliente, asegurándote de que cada plato lleve su huevo entero.

El truco

Para darle más sabor prueba a añadir un caldo de pollo o verduras en vez de agua.

Si quieres darle un extra de sabor, prueba a añadir un chorrito de vino blanco cuando rehógues el puerro. No hace falta mucho, solo lo justo para que el caldo tenga ese punto especial. Otro truco que nunca falla es añadir una hoja de laurel durante la cocción. Le da un aroma suave que combina muy bien con el resto de ingredientes.

Además, si te sobra sopa, no la tires. Aguanta perfectamente en la nevera un par de días y, de hecho, dicen que está incluso mejor al día siguiente, cuando los sabores se asientan. Eso sí, guarda los huevos por separado para que no se pasen de cocción.

Esta sopa es de las que admiten mil variaciones. Si buscas una versión más ligera, puedes sustituir el jamón serrano por taquitos de pavo o pollo. También puedes cambiar el pimentón dulce por pimentón picante, que le da un punto muy interesante. Y para los más valientes, un chorrito de tabasco no le va nada mal.

Puede sonar exagerado, pero pocas cosas hay más reconfortantes que una sopa casera. No se trata solo de calmar el hambre, sino de esa sensación de bienestar que queda después. Como cuando vuelves a casa empapado por la lluvia y, de repente, todo parece mejor con un plato caliente entre las manos.

Así que, si te ha entrado el antojo de sopa, no lo dudes. Los ingredientes son fáciles de conseguir, la preparación es rápida y el resultado merece la pena

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