Hay días en los que lo único que apetece es un buen plato de sopa casera , de esos que te hacen sentir como si estuvieras en la cocina de la abuela. Y aunque hay mil maneras de preparar sopa, esta sopa de col con huevo tiene algo especial . Es fácil de hacer, económica, y además reconfortante y nutritiva. ¡Esta sopa lo tiene todo para triunfar! Lo cierto es que, a veces, la col no tiene la mejor fama en la cocina. Hay quien la asocia a platos aburridos o incluso a esa dieta milagrosa de la sopa de col que promete lo imposible. Pero nada más lejos de la realidad. La col, bien preparada, puede ser una auténtica delicia. Y en esta receta, combinada con patata, puerro, jamón serrano y ese huevo pochado que se mezcla con el caldo, se convierte en un plato redondo. Además, esta sopa tiene ese aire hogareño que tanto apetece cuando el frío aprieta . Es como volver a la infancia, cuando llegabas a casa después de un día de colegio y el aroma a sopa llenaba toda la cocina. Y aunque ahora las cosas sean distintas y el tiempo escasee, dedicar unos minutos a preparar esta receta merece la pena. No se trata solo de comer, sino de recuperar un poco ese espíritu casero y sin prisas. Si quieres darle un extra de sabor , prueba a añadir un chorrito de vino blanco cuando rehógues el puerro. No hace falta mucho, solo lo justo para que el caldo tenga ese punto especial. Otro truco que nunca falla es añadir una hoja de laurel durante la cocción. Le da un aroma suave que combina muy bien con el resto de ingredientes. Además, si te sobra sopa, no la tires. Aguanta perfectamente en la nevera un par de días y, de hecho, dicen que está incluso mejor al día siguiente, cuando los sabores se asientan. Eso sí, guarda los huevos por separado para que no se pasen de cocción. Esta sopa es de las que admiten mil variaciones . Si buscas una versión más ligera, puedes sustituir el jamón serrano por taquitos de pavo o pollo. También puedes cambiar el pimentón dulce por pimentón picante, que le da un punto muy interesante. Y para los más valientes, un chorrito de tabasco no le va nada mal. Puede sonar exagerado, pero pocas cosas hay más reconfortantes que una sopa casera. No se trata solo de calmar el hambre, sino de esa sensación de bienestar que queda después. Como cuando vuelves a casa empapado por la lluvia y, de repente, todo parece mejor con un plato caliente entre las manos. Así que, si te ha entrado el antojo de sopa, no lo dudes. Los ingredientes son fáciles de conseguir, la preparación es rápida y el resultado merece la pena .