Siempre he sido fan de las rosquillas (y, en general, de los postres típicos de la Cuaresma y la Semana Santa ) y tengo la costumbre de partirlas siempre antes de comérmelas, no me preguntes por qué. Me gustan de todo tipo, desde las glaseadas, las que saben a anís, las más historiadas como las de calabaza , y por supuesto las de Santa Clara , típicas de San Isidro (al final del artículo te cuento más sobre todas ellas para que también puedas hacerlas tú en tu casa). Es cierto que las rosquillas son un dulce estrechamente ligado a festividades o épocas concretas como son la Semana Santa , la Cuaresma o fiestas regionales; sin embargo, no lo son en exclusiva y, de hecho, sería una pena no poder degustarlas el resto del año. Aunque las encontrarás en pastelerías, obradores, conventos y supermercados sin problema, también puedes hacerlas tú mismo en casa . Es una receta muy fácil que cuenta con dos momentos clave: dar forma a la masa y freírlas correctamente. Para pasar de masa a rosquilla tienes dos opciones. La primera sería coger pequeñas porciones de masa, redondearlas con las manos enharinadas y hacer un agujero en el centro con el dedo pulgar . La otra opción pasaría por estirar la masa con el rodillo hasta que alcanzara 1-2 cm de grosor, cortarla en tiras de 2 cm de ancho y a su vez en trozos de 12 centímetros de largo; por último quedaría unir los extremos para formar las rosquillas. Estas que hoy te traigo, tienen además una riquísima salsa de frambuesa, que no tiene más misterio si ya sabes cómo hacer coulis de frutas . En caso contrario, lo tienes detallado en el paso 3 de la receta, aunque te adelanto que básicamente consiste en triturar fruta con zumo de limón y almíbar . También puedes hacer esta salsa con otros sabores y utilizarla en otras elaboraciones, como por ejemplo los vasitos de yogur griego con coulis de melocotón , el helado de torrija con coulis de frutas rojas , los pastelitos de ricota con salsa de frutas rojas , la tarta de queso con coulis de fresones o la panna cotta con coulis de arándanos . Más recetas irresistibles de rosquillas Además de ser una receta muy tradicional que pasa de generación en generación, las rosquillas son también son un clásico de convento, dulces caseros con recetas antiguas, elaborados por las monjas con todo su cariño y paciencia. Las rosquillas de anís son una de estas recetas. Aunque no sea lo habitual, también puedes hacer rosquillas bañadas en chocolate , una auténtica tentación para los chocolateros. No solo son una delicia, sino que también son muy fáciles de preparar y con ingredientes muy sencillos. Otra receta que nunca pasa de moda son las rosquillas de limón . Son sencillamente irresistibles, tanto, que si te descuidas seguro que comes más de tres. Además, son perfectas para el desayuno, la merienda, la sobremesa o la hora del café.