Las buenas magdalenas recién horneadas son un auténtico lujo, un clásico que nunca de ja de estar de moda y una de esas recetas que cuando se preparan en casa ganan enteros. Si a esta maravilla le añades chocolate y un toque de miel , te aseguro que resistirse se convertirá en tarea imposible. Hoy te traigo una receta que es una auténtica joyita para hacer en casa, unas magdalenas de chocolate y miel tan tiernas y esponjosas que harán las delicias de quienquiera que las pruebe. A mis hijos les gustan muchísimo, y en cuanto su embriagador aroma se escapa del horno, ya están rondando por la cocina. Estas magdalenas tienen el sabor increíble de dos ingredientes espectaculares, el toque clásico del cacao y ese dulzor sutil de la miel, que les da un sabor único. Son facilísimas de hacer y perfectas para cualquier momento del año. La receta es sencilla, no necesitas ingredientes raros ni técnicas complicadas. Además, el resultado es espectacular. Con unos ingredientes básicos y un poquito de mimo, tendrás unas magdalenas caseras dignas de cualquier pastelería. ¡Te van a encantar! Si quieres unas magdalenas dignas de ganar un campeonato de repostería, te confieso tres trucos que a mí siempre me funcionan: Prueba con almendras troceadas : Si te gusta encontrar pequeños trocitos de almendra, puedes añadir un puñado a la masa. Le dará una textura crujiente que queda de maravilla con el chocolate. Haz un glaseado de miel : Para un toque extra, mezcla un poco de miel y azúcar glas y pinta las magdalenas con este glaseado cuando estén frías. ¡Les dará un brillo y un dulzor irresistible! Decóralas con pepitas de chocolate : Antes de meterlas al horno, esparce algunas pepitas de chocolate sobre la masa. Así, al hornearse, se fundirán y darán un aspecto aún más apetitoso. Si quieres experimentar un poco, prueba a cambiar la miel por sirope de agave o añadir un toque de vainilla para un aroma especial. O, si eres un amante del chocolate, añade una cucharada más de cacao para un sabor aún más intenso. ¡Seguro que se convertirán en el capricho favorito de la familia! Estas magdalenas son ideales para el desayuno , la merienda, o incluso para servir en una cena informal con amigos. Presentadas en una fuente bonita o en papelitos de colores, quedan preciosas y harán que hasta el postre más sencillo parezca de fiesta. Además, al ser caseras, no llevan conservantes ni ingredientes raros: un dulce de toda la vida, sencillo y natural. Haz la prueba y verás cómo esta receta se convierte en una de tus favoritas para sorprender a tus comensales con algo casero y delicioso. Porque, al final, nada se compara con el sabor de lo hecho en casa.