Pastel Runeberg, el bizcocho esponjoso de almendra y frambuesa tradicional de Finlandia que me vuelve loca

Prepárate a saborear esta mezcla única de almendras, cardamomo, jengibre y mermelada de frambuesa en formato individual. Todo un símbolo del país gracias a la figura del poeta homónimo.

Isabel Zuñiga
Isabel Zúñiga

Redactora especializada en recetas de cocina

Runeberg pastel finlandés
Istock

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Temporada:

Todo el año

Técnica:

Horno

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Son varios los libros que he leído en el último año cuyas historias se desarrollan en Finlandia. Los he disfrutado mucho porque están muy bien ambientados, y conocer en profundidad la cultura y las costumbres de ese país sin salir de casa es algo mágico. Sobre todo, los detalles sobre la gastronomía eran muy específicos, y eso me ha permitido hacerme una idea más aproximada sobre su curiosa cocina. Por ejemplo, he descubierto que el plato que suelen comer en Finlandia los jueves es un guiso llamado hernekeitto, que el acompañamiento más habitual es el pastel de zanahoria y arroz, que tienen un bollo dulce llamado pulla (delicioso, tienes que probarlo) y otro que se llama semla o semlor y está relleno de nata.

La última receta que he descubierto es la protagonista de hoy: el pastel Runeberg, que al igual que esos libros estupendos, viene con una historia bajo el brazo. Aunque hay distintas versiones, la tarta debe su nombre al poeta finlandés del siglo XIX Johan Ludvig Runeberg, que tenía por costumbre tomarla para desayunar cuando su esposa se la preparaba. 

Considerado el poeta nacional de Finlandia y creador de la letra de su himno nacional, tiene también hasta su propio día: el 5 de febrero. Desde principios de enero hasta esta fecha, puedes degustar la tarta Runeberg en la mayoría de pastelerías finlandesas, pero el resto del año, salvo que te acerques a Porvoo, localidad donde vivió el poeta parte de su vida, no te quedará más remedio que hacerla tú mismo.

Así que manos a la obra y prepárate para saborear esta mezcla única de almendras, cardamomo, jengibre y mermelada de frambuesa. Como verás, la receta no tiene mucho misterio, simplemente tomar buena nota de las cantidades y respetarlas, en especial la relativa al cardamomo.

Esta especia, que no solemos ver en recetas dulces, le da un toque ligeramente cítrico y aromático muy especial, pero en exceso puede resultar algo cargante, como sucede con la nuez moscada o la canela, así que mejor no llegar que pasarte.

Ingredientes paraPastel Runeberg, el bizcocho esponjoso de almendra y frambuesa tradicional de Finlandia que me vuelve loca

  • 200 gramos de harina de almendra
  • 200 gramos de mantequilla
  • 200 gramos de azúcar
  • 100 gramos de pan rallado
  • 3 huevos
  • 2 cucharaditas de polvo para hornear (tipo Royal)
  • 1 cucharadita de cardamomo molido
  • 1 cucharadita de jengibre molido
  • Mermelada de frambuesa
  • Para el glaseado
  • 75 gramos de azúcar glas
  • 15 mililitros de leche entera

1. Prepara la masa

Precalienta el horno a 200 °C. Bate la mantequilla con el azúcar ayudándote de varillas. Seguidamente incorpora uno a uno los huevos; no añadas el siguiente hasta que el primero esté totalmente integrado. Agrega poco a poco los ingredientes secos, primero el pan rallado, luego el cardamomo y el jengibre, a continuación el polvo de hornear y finalmente la harina de almendra. Mezcla bien.

2. Hornea los pastelitos

Reparte la masa en las cavidades ligeramente engrasadas de un molde para magdalenas, sin llenarlos del todo; ten en cuenta que la masa subirá por efecto de la levadura y podría llegar a desbordarse. Haz un agujerito en el medio de cada cavidad y agrega una cucharadita de mermelada. Hornea los pastelitos unos 15 minutos para que queden doraditos.

3. Decora los pastelitos

Saca del horno y mientras dejas que se enfríen, prepara el glaseado. Para ello mezcla el azúcar glas con la leche, hasta que obtengas la consistencia deseada. Mételo en una manga pastelera y, cuando estén completamente fríos, haz unos círculos en la parte superior de cada uno. Coloca un poco de mermelada en el centro y ¡listos!

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