Cómo asar castañas al horno, en microondas o sartén (y recetas con ellas)

En casa tienes tres métodos fáciles para asar castañas: al horno, en una sartén o al microondas. Antes, lo principal es seleccionar la mejor castaña:

• Escoge una castaña de tamaño mediano-grande o grande, que al apretarla su carne esté firme, que no se note seca y su piel sea bien brillante.
• Desecha las que tengas agujeros e intentar que todas posean un calibre semejante, para que no queden unas más crudas que otras.
• Lávalas, sécalas bien y haz una incisión con el cuchillo, que atraviese las dos pieles, ya sea una pequeña muesca lateral (que es más fácil) o bien hacer un corte en cruz.

Cómo asar castañas al horno

Es la forma más sencilla y limpia. Con el horno precalentado a 200ºC, se colocan las castañas en una bandeja en la parte baja del horno y con la opción de calor arriba y abajo (y ventilador, si tienes). El tiempo varía según el tamaño de las piezas, pero para un calibre medio y jugoso con 10 minutos por cada lado, basta. Además, puedes poner varias bandejas a la vez, si quieres asar mucha cantidad.

Cómo asar castañas en la sartén

Lo ideal si en casa sois aficionados a las castañas es que compréis una sartén agujereada en cualquier ferretería. Los agujeros permiten que las castañas se asen en contacto con el fuego. Si no, también puedes hacerlo con una sartén tradicional. Necesitan fuego fuerte, sin tapar y dar meneítos para que se vayan girando y cocinando por todos los lados. Con una media hora estarán listas. Luego, con el fuego apagado, si las tapas con un trapo de algodón te resultará más fácil pelarlas.

Cómo asar castañas en el microondas

Hay que prepararlas con una incisión y colocar una cantidad pequeña en un recipiente apto para microondas, tapadas. Con una potencia media de 800 W en 3 o 4 minutos están hechas. Luego tendrás que pelarlas cuando estén calientes, si no, te costará mucho. Aunque no es la mejor forma, para un día que no tengas tiempo, te puede servir. La textura resultante es entre asada y cocida.

Qué cocinar con castañas

La castaña es una fruta saludable y energética que la naturaleza nos regala en otoño. Cuenta con la particularidad de que aporta poca grasa, lo que la hace interesante para los que temen al exceso de grasa de otros frutos secos. También proporciona vitamina C, sales minerales y potasio. Y, además, se puede consumir cruda, cocida, asada, seca y molida.

Si las vas usar para cocinar, hay que pelarlas con una puntilla o cuchillo afilado haciendo una cruz en la parte más plana y escaldarlas unos minutos. Luego, retira las dos pieles. Las castañas secas se deben remojar antes de añadir a los guisos.

Las castañas sirven para elaborar platos tanto salados como dulces. La crema de castañas es un clásico, que se puede acompañar de otras verduras, patatas e, incluso, incorporar un toque de setas. Sirve como guarnición, para rellenos de aves o de carnes. Y tiene muchos usos en repostería para elaborar flanes, bizcochos, charlotas, púdines o tartas.

Las castañas van muy bien con los estofados de caza, con cocidos, como el gallego o el montañés, con guisos de cordero y con verduras como las coles de Bruselas o la lombarda. Y sus purés maridan con los asados de pollo o de pavo típicos de Navidad. En Italia, por ejemplo, se rehogan con vino y en Francia se brasean.

7 recetas fáciles para sacar partido a las castañas:

Otros productos y derivados de la castaña

• Harina. Se obtiene al secar y moler las castañas secas. Con ella se hacen bizcochos, crepes, galletas y tartas. Sirve también para engordar caldos o cremas y se elaboran papillas infantiles.
• Crema de castaña. Producto ideal para rellenar y preparar postres. Uno de los más exquisitos es la charlota de chocolate y crema de castañas. Tam- bién sirve de guarnición deliciosa junto al cordero a la parrilla o un estofado de pavo.
• Castaña pilonga. Es la castaña seca, no confundirla con la silvestre de los parques. Se somete a un proceso de secado o ahumado y, tras haberla hidratado unas horas, se puede usar para guisos.
• Castañas en almíbar. Ideales sobre todo para momentos en los que esta fruta ya no está de temporada. Sirve también para elaborar postres, de guarnición o para decoración de tartas.
• Marrón glacé. Tan laborioso como exquisito. Se cuecen las castañas en almíbar, se dejan reposar, se vuelven a cocer y se sumergen en el jarabe de azúcar cristalizado. Puede acompañar postres como esta mousse de castañas con marrón glacé.