Tortilla dulce. Fácil, ligera y lista en 30 minutos.

Si quieres preparar un postre superapetitoso y rápido, haz unas tortitas dulces. Prepara un almíbar con azúcar, agua y unas hojas de menta picadas y ponlo de base. Coloca las tortillas y rellénalas con fresas.

Jani Paasikoski

tortilla_dulce
TORTILLA DULCE.
Cocina Fácil / RBA / A.J.J. ESTUDI, S.C.P.
4 personas
30 min
187 Cal

3

(26 votos)

Temporada:

Primavera

Técnica:

Salteado

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

No hay nada como los postres de siempre, los que evocan recuerdos de la infancia y llenan la casa con un aroma inconfundible. La tortilla dulce es uno de esos clásicos que, sin pretensiones, consigue enamorar a cualquiera. ¿Por qué complicarse la vida buscando postres rebuscados cuando basta con unos huevos, un poco de azúcar y unas sencillas fresas frescas para triunfar? Es un ejemplo perfecto de que lo sencillo también puede ser lo mejor. Además, se prepara en un abrir y cerrar de ojos. Pocos ingredientes, un ratito corto en la cocina y a la mesa. Perfecto si estás buscando un postre rápido y delicioso. Y con toda la fuerza de la cocina tradicional.


La tortilla dulce es un postre que, seguramente, tu abuela, al igual que la mía, preparaba alguna vez, aunque en casa la llamábamos “tortitas” o “panqueques”. Lo mejor es que sigue siendo tan práctico como entonces, sin necesidad de batidoras de última generación ni técnicas sofisticadas. Es un plato humilde, eso nadie lo pone en duda, pero con ese toque casero y familiar que tanto nos gusta. Además, la receta es tan versátil que puedes adaptarla a tu gusto sin tener el menor de los problemas, más esponjosa si te gusta con extra de harina o finita si prefieres que se parezca más a una crepe. Lo importante es que siempre queda deliciosa, sobre todo cuando se acompaña con un almíbar suave y fresas frescas. Con esta receta tienes el éxito asegurado.

Ingredientes paraTortilla dulce. Fácil, ligera y lista en 30 minutos.

  • 4 Huevos
  • 90 gramos de Azúcar
  • 1 cucharada de Harina
  • 1 pizca de Sal
  • 40 mililitros de Leche
  • 200 gramos de Fresas
  • Mantequilla
  • Menta

1. Prepara la masa base

Bate los huevos con la harina, la leche, 40 gramos de azúcar (o edulcorante) y una pizca de sal. Deja reposar la mezcla durante 15 minutos para que se asiente y coja cuerpo.

2. Cocina las tortillas

Calienta una sartén con una nuez de mantequilla. Vierte un cucharón de masa y deja que se cocine hasta que empiecen a salir burbujitas. Dale la vuelta con cuidado y cocina el otro lado. Repite el proceso hasta acabar la masa.

3. Trocea las fresas

Lava, seca y corta las fresas en cuartos. Puedes añadir un poco de azúcar si te gustan más dulces, aunque la fruta fresca ya le da un toque perfecto.

4. Prepara el almíbar

En un cazo, mezcla el azúcar restante con 100 mililitros de agua y ponlo a fuego medio. Añade unas hojas de menta lavadas y deja hervir unos minutos. Si quieres un almíbar más suave, tritúralo ligeramente.

5. Monta el plato

Coloca una base de almíbar en cada plato, añade las tortillas, rellénalas con fresas y dóblalas como si fueran crepes. Decora con más fresas y hojas de menta frescas.

El truco

Dales la vuelta cuando empiecen a salir burbujitas en la superficie, nunca antes.

Lo bueno de las recetas tradicionales es que permiten infinitas versiones. Esta tortilla dulce es un clásico reinventado que lleva almíbar con menta y fresas, pero puedes personalizarla como más te guste. ¿No tienes fresas? Usa plátanos, melocotones o cualquier fruta de temporada.

Si te apetece una opción sin azúcar, puedes eliminar el almíbar y optar por yogur natural sin azúcar o queso fresco batido como acompañamiento. También puedes añadir frutas como arándanos o frambuesas para darle un toque de frescor y color. Si te gusta el chocolate, un poco de cacao en polvo espolvoreado por encima también queda de lujo.

Si tienes niños en casa, pueden participar en la elaboración, les encantará batir los huevos o doblar las tortitas, convirtiendo la cocina en una divertida actividad familiar.

Lo que hace especial a este postre es su simplicidad. Es ese tipo de receta que puedes preparar cualquier día, sin complicarte demasiado. Además, es perfecta para las reuniones familiares o para disfrutar de una merienda improvisada. No se necesitan ingredientes extravagantes ni habilidades de chef profesional. Es la cocina en su estado más puro: simple, efectiva y deliciosa.

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