Tartaletas de requesón y arándanos, un postre fácil y más ligero de lo que crees

Son preciosas, pero lo mejor de estas tartaletas se descubre al morderlas: un relleno que mezcla requesón con compota casera de arándanos.

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

CESTILLOS ENREJADOS
Cocina Fácil / RBA / ANA GARCÍA
12 Unidades:
70 min

5

(1 voto)

Dieta:

Mediterránea

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Técnica mixta

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Las tartaletas son un clásico, todas están ricas, pero estas tienen un encanto especial, combinan la suavidad del requesón con el toque dulce y al mismo tiempo ácido de la compota de arándanos casera. ¿Lo mejor? No solo son preciosas visualmente, sino que cada bocado nos da una explosión de sabor intenso que nos hará pedir a gritos una tartaleta más.

Si te decimos que son más ligeras de lo que parecen es porque, para preparar 12 unidades solo utilizamos 50 gramos de azúcar. El resto del dulzor lo pone la fruta.

Perfectas para cualquier época del año, se convierten en la opción ideal para una merienda elegante o un postre ligero y sofisticado. Si buscas una receta de postre fácil, pero que deje a tus comensales con la boca abierta, estas tartaletas que te traemos desde Cocina Fácil lo tienen todo.

Además, con solo unos pocos ingredientes básicos y un toque de creatividad, puedes sorprender a tus invitados con un dulce que parece sacado de las vitrinas de la mejor de las pastelerías.

Ingredientes paraTartaletas de requesón y arándanos, un postre fácil y más ligero de lo que crees

  • 2 láminas de pasta brisa
  • 200 gramos de requesón o queso ricota
  • 2 bandejitas de arándanos
  • 50 gramos de azúcar
  • 1 huevo
  • mantequilla

1. Prepara la mermelada de arándanos

Lava bien los arándanos y colócalos en un cazo junto con el azúcar. Cocina a fuego suave durante unos 30 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen. La mermelada debe adquirir una textura espesa y brillante. Cuando esté lista, deja que se enfríe poco a poco a temperatura ambiente.

2. Forra los moldes con la masa

Engrasa un molde para magdalenas o tartaletas con una pizca de mantequilla o margarina para que la masa no se pegue. Utiliza un cortapastas, o un vaso de cristal bien limpio para cortar círculos de masa ligeramente más grandes que los huecos del molde y forra, con cuidado de que no se rompa la masa, cada uno de ellos, asegurándote de cubrir bien las paredes. Corta la otra lámina de masa en tiras finas de aproximadamente 1 cm de ancho, que usarás para crear un enrejado.

3. Rellena y hornea

Desmenuza el requesón y mézclalo ligeramente para que quede suave. Rellena las tartaletas con una capa generosa de requesón y añade encima una cucharada de la mermelada de arándanos ya fría. Coloca las tiras de masa formando un enrejado sobre las tartaletas y presiona los bordes para sellarlas. Pincela con huevo batido para que queden doradas y brillantes.

Hornea en el horno precalentado a 180 °C durante 30 minutos o hasta que las tartaletas estén doradas. Déjalas enfriar antes de desmoldarlas para que mantengan su forma.

3. Rellena y hornea

El truco

Antes de añadir el relleno, hornea la masa durante 5 minutos con un peso encima (yo siempre utilizo garbanzos secos). Esto evitará que se humedezca y te garantizará unas tartaletas con una base crujiente y dorada.

La combinación de sabores de estas tartaletas es irresistible, un acierto asegurado. La cremosidad suave del requesón contrasta de maravilla con el dulzor ácido de los arándanos. Además, la textura crujiente de la masa enrejada añade un toque especial que eleva a otro nivel cada bocado. Que las tartaletas son preciosas es un hecho, pero os adelanto que saben tan bien como lucen.

Ideas para variar esta receta:

Puedes personalizar tus tartaletas para amoldarlas a tu gusto, al de tus comensales o a la cesta de la compra, estos prostres son súper versátiles. Como consejo te recomiendo que pruebes estos tres:

  1. Añade frutos secos: Incorpora almendras laminadas o nueces picadas en el relleno para un toque crujiente.
  2. Prueba con otros quesos: El mascarpone o queso crema también funcionan muy bien y aportan una textura aún más suave.
  3. Mermeladas alternativas: Si no tienes arándanos, prueba con frambuesas, moras o incluso una mezcla de frutos rojos.

Estas tartaletas de requesón y arándanos son el postre ideal para aquellos que buscan algo sofisticado pero fácil de preparar. Ya sea para una ocasión especial o simplemente para darte un capricho, no fallan. Anímate a hornearlas y disfruta de una incomparable mezcla de sabores y texturas en cada bocado. ¡Si las preparas te garantizo que se van a convertir en uno de tus postres preferidos!

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