Saquitos de morcilla

Estos saquitos de morcilla son sencillos de preparar y muy resultones. Se preparan con pasta brick y el interior lleva la morcilla desmenuzada, mermelada de cebolla y piñones. ¡Se pinta con huevo, se hornea y listo!

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

SAQUITOS DE MORCILLA.
SAQUITOS DE MORCILLA.
Cocina Fácil / RBA / A.J.J. ESTUDI, S.C.P.
12 Unidades:
30 min
415 Cal

5

(3 votos)

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Técnica mixta

Tipo Plato:

Aperitivos y tapas

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Lo primero que pensé cuando probé por primera vez estos saquitos fue: “¿Y esto por qué no lo he hecho antes?” Y es que tienen todo lo que uno le pide a un entrante de fiesta: son fáciles, rápidos, originales, y encima, están de escándalo. Con una buena morcilla, un poco de mermelada de cebolla y un toque de horno, el resultado es un bocado crujiente por fuera y cremoso por dentro que enamora a cualquiera que se siente a la mesa. Si tienes invitados y quieres empezar con algo que saque una sonrisa general, apunta esta receta porque no falla.

Estos saquitos de morcilla son, además, un ejemplo perfecto de cómo con muy pocos ingredientes se puede conseguir un plato con mucho empaque. No necesitas complicarte la vida: la pasta brick lo envuelve todo con elegancia, los piñones aportan ese toque crujiente y la mezcla de sabores entre dulce y salado es pura magia. Si te animas a prepararlos, no hace falta ser ningún chef, el horno hace prácticamente todo el trabajo por ti.

En casa ya son un clásico. Los suelo preparar en cenas informales con amigos, de esas de picoteo relajado y buena conversación. Siempre hay alguien que pregunta: “¿Y esto cómo lo has hecho?” Y lo mejor es ver su cara cuando le digo que no tardé ni media hora. Así que, por experiencia propia, te aseguro que esta receta tiene mucho de sencilla… y mucho de efectiva.

Ingredientes paraSaquitos de morcilla

  • 6 hojas de pasta brick
  • 200 gramos de mermelada de cebolla
  • 200 gramos de morcilla
  • 50 gramos de piñones pelados
  • 1 huevo

1. Prepara el relleno

Comienza retirando la piel a la morcilla y desmenuzándola con un tenedor. Pásala a un cuenco amplio. En una sartén, sin añadir nada de aceite, tuesta los piñones a fuego medio hasta que se doren ligeramente. Agrégalos al bol con la morcilla, añade la mermelada de cebolla y mezcla bien hasta que todo quede bien integrado. Si quieres potenciar el sabor, puedes saltear esta mezcla durante un par de minutos a fuego bajo. Ganará intensidad y evitarás que humedezca demasiado la pasta.

2. Forma los saquitos

Extiende las hojas de pasta brick sobre una superficie limpia y córtalas en rectángulos del mismo tamaño (cada hoja suele dar para dos saquitos). Coloca una cucharada del relleno en uno de los extremos de cada rectángulo. Enrolla y pliega formando un saquito o un paquetito, como prefieras, y séllalos bien para que no se abran en el horno. Píntalos con huevo batido por fuera para que queden bien doraditos y crujientes.

3. Al horno y a disfrutar

Precalienta el horno a 180 °C. Coloca los saquitos en una bandeja forrada con papel sulfurizado y hornéalos durante 10-12 minutos, hasta que veas que están dorados y crujientes. Sírvelos calientes, recién salidos del horno, y prepárate para el aplauso general.

El truco

Antes de montar los saquitos, saltea brevemente la mezcla de morcilla, piñones y mermelada en una sartén durante 2minutos a fuego medio. Así evitarás que el relleno suelte líquido dentro de la pasta brick durante el horneado.

Una receta perfecta para quedar de diez con el mínimo esfuerzo

Una de las grandes ventajas de estos saquitos, más allá de su sabor, es lo prácticos que resultan. Puedes dejar el relleno preparado con antelación, incluso formar los saquitos unas horas antes y tenerlos en la nevera, listos para hornear justo antes de servir. Así te olvidas de líos de última hora y disfrutas del aperitivo como un comensal más.

Y si te apetece jugar con los ingredientes, también puedes hacerlo. La morcilla de arroz funciona genial, pero también puedes probar con una de cebolla o incluso con una versión vegetariana usando setas salteadas. La mermelada de cebolla puedes sustituirla por una de higos o de manzana, y los piñones por nueces picadas. Lo bueno de esta receta es que admite versiones sin perder su esencia.

Así que ya lo sabes, si quieres un entrante espectacular pero que no te obligue a pasar horas en la cocina, estos saquitos de morcilla son tu as bajo la manga. Te prometo que te los van a pedir más de una vez. Y lo mejor de todo, es que tú sabrás que el secreto está en su sencillez. ¿Te animas a prepararlos?

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