Entre el gran repertorio de postres tradicionales con los que contamos en España , los sacatrapos destacan por su originalidad. Se trata de un dulce típico de Salamanca, concretamente de la zona de la sierra de Francia. Aunque tradicionalmente se elaboraba en Semana Santa o para agasajar a los invitados a una boda, hoy te traemos la receta para que puedas cocinar estos dulces en casa y así disfrutarlos cuando tú quieras. Como muchos otros dulces de la geografía española se preparan con una base de harina, aceite, agua y levadura. También llevan aguardiente, lo que les aporta un sabor único, pero nada fuerte. Este postre popular que se prepara en tierras salmantinas debe su nombre a una pieza de metal con forma de espiral que se utilizaba antiguamente para limpiar el interior del cañón de las armas de fuego de los restos de pólvora. Cuando estos dulces están elaborados presentan una forma en espiral similar a la de esta pieza. Un dulce con alma de pueblo La esencia del postre es como las de tantos otros que se elaboran en los pueblos de nuestro país: una masa elaborada a base de harina y de otros ingredientes, que después se fríe en abundante aceite caliente, y se espolvorea con azúcar. El resultado es delicioso. Es común encontrarlos en confiterías y en ferias locales en Salamanca, donde la gente los disfruta acompañados de café o un delicioso chocolate caliente. Su sencillez hace que los sacatrapos conserven su espíritu artesanal y son muy valorados por representar la herencia gastronómica de la zona. Salamanca es una ciudad con mucha tradición repostera. Además de los sacatrapos hay otros dulces como las almendras garrapiñadas, dulces y crujientes, y que son toda una delicia. También son muy conocidas las obleas, unos crujientes discos de harina y agua que pueden disfrutarse solos o con rellenos de dulce de leche o chocolate. Las rosquillas de Ledesma, con su textura esponjosa y sabor delicado, son también muy populares; así como las perrunillas , unas galletas de almendra y manteca que se deshacen en la boca. Algunos postres que comparten origen con los sacatrapos son el bollo maimón o las perrunillas, ambas delicias de las tierras salmantinas que les encantan a los propios habitantes de estos pueblos y cautivan a los visitantes.