Imagínate el escenario: un día de invierno, hace frío y te apetece comer algo dulce . Vas al armario de la despensa y no queda rastro de aquel paquete de galletas. Tampoco te queda chocolate. ¿Qué puedes hacer? Yo lo tendría clarísimo: prepararía unas rosquillas de pueblo como las de la foto, deliciosas y perfectas para cualquier momento del día. Para prepararlas necesitas muy pocos ingredientes que seguro que tienes en casa . Yogur (idealmente azucarado, si es natural necesitarás añadir un poco de azúcar a la receta que te daré), harina, levadura, limón y azúcar glas. Es un postre fácil que podrás preparar siempre que quieras, en poco tiempo. Preparar la masa es tan sencillo como mezclar todos los ingredientes hasta obtener una pasta maleable. La dejas reposar unos minutos a temperatura ambiente (mientras, puedes ir calentando el aceite para freír las rosquillas) y luego ya les das forma de rosquilla. Las fríes hasta que estén doradas por los dos lados, las bañas con una lluvia de azúcar glas y ya tienes tu antojo solucionado. El agujero central de las rosquillas también tiene una razón de ser, no solo estética: permite que la masa se cocine perfectamente durante la fritura. Si no tuvieran agujero, es posible que la masa del centro de los dulces quedara un poco cruda. De ahí que sea básico hacer bien el agujero de las rosquillas. En Cocina Fácil tenemos muchas otras recetas con agujero central. Por ejemplo, la receta de donuts caseros que siempre es bienvenida para la hora del desayuno o la merienda, y más aún si son hechos en casa con buenos ingredientes . Muy similar a las rosquillas de yogur, te proponemos esta receta tradicional de rosquillas a la canela , que aunque sean un poco más elaboradas, quedan riquísimas igualmente. Y si quieres disfrutar de unas rosquillas pero no quieres que estén fritas, no te pierdas las rosquillas de anís al horno . Rosquillas esponjosas por dentro, crujientes por fuera La masa de estas rosquillas queda muy esponjosa y eso es gracias al yogur griego. Y el exterior resulta crujiente gracias a la fritura. El único problema que pueden tener estas rosquillas es que te queden un poco aceitosas, pero los trucos para evitarlo son bien sencillos de seguir: Calienta bien el aceite de freír antes de añadir las rosquillas a la sartén. Tiene que estar caliente, pero no humeante. No pongas muchas rosquillas a la vez. Si lo haces, la temperatura del aceite bajará y las rosquillas absorberán demasiado aceite. Deja escurrir las rosquillas sobre papel absorbente una vez las retires del aceite. Así les sacarás el exceso de grasa.