La abuela de Alicante prepara estos dulces típicos, se llaman sequillos de Castalla y están buenísimos

Esta especie de rosquillas con glaseado de merengue por encima están muy ricas y son muy fáciles de hacer. Toma nota de la lista de ingredientes y del paso a paso. Así de fácil.

Isabel Zuñiga
Isabel Zúñiga

Redactora especializada en recetas de cocina

Sequillos de Castalla
Istock

5

(2 votos)

Temporada:

Todo el año

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Cada zona de España cuenta con unos dulces tradicionales y riquísimos cuya receta pasa de generación en generación. Tal es el caso de los hojaldres de Astorga, la tarta costrada de Soria, el tocinillo de cielo de Villoldo, las cocadas de Medina del Campo, los rollicos de vino de Villena, el pan de higo malagueño o los huesos de San Expedito de Sevilla.

En esta ocasión viajamos hasta Alicante, para encontrarnos con los sequillos deCastalla, unos dulces típicos de la zona colindante de la provincia con Murcia y Albacete. Recuerdan a los donuts o las típicas rosquillas y cuentan con varias versiones, como la mayoría de recetas tradicionales. Eso sí, se agradece acompañarlos de algo de beber ya sea café, leche, chocolate o incluso un vino dulce.

En cuanto a los ingredientes, puedes cambiar el aceite de girasol por el de oliva. Asimismo, la esencia de vainilla la puedes sustituir por aroma de vainilla, que es más económico. También hay quien al glaseado le añade unas gotitas de limón: es una opción a tener en cuenta, pero no imprescindible. A la hora de presentar los sequillos, ponlos en un plato bonito y, si sobraran, consérvalos en una lata o recipiente hermético para que no se sequen.

¿Quieres ahondar más en la gastronomía alicantina? Aquí tienes algunas de sus recetas saladas más típicas como la olla alicantina, la salmorreta, el arroz alicantino o el suquet de pescado, recetas de siempre que merece la pena probar.

Ingredientes paraLa abuela de Alicante prepara estos dulces típicos, se llaman sequillos de Castalla y están buenísimos

  • 8 huevos
  • 400 gramos de azúcar glas
  • 200 gramos de harina de trigo
  • 250 mililitros de agua
  • 160 mililitros de aceite de girasol
  • Esencia de vainilla

1. Preparar la masa

Lo primero que tienes que hacer es verter el agua y el aceite en una cazuela grande y calentarlos hasta que llegue a ebullición. Entonces, aparta del fuego y agrega poco a poco la harina tamizada removiendo continuamente. Cuando logres una masa homogénea, déjalo reposar hasta que se temple.

2. Incorpora los huevos

A continuación agrega 6 huevos de uno en uno, mezclando bien la elaboración entre uno y otro. Remueve siempre en el mismo sentido. Cuando la masa esté lista y fría, llévala a la nevera. 

3. Haz el glaseado

Mientras tanto, coge los 2 huevos reservados y separa las yemas de las claras. Aprovecha las yemas para otra receta y quédate con las claras. Mezcla en un bol las claras, el azúcar y la esencia o aroma de vainilla. Como hay que darle mucho volumen, lo ideal es que utilices las varillas eléctricas. 

4. Hornea los sequillos

Precalienta el horno a 180 ºC. Toma porciones de masa, ponlas sobre la bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y ligeramente enharinada y dales forma con el dedo humedecido en agua. También puedes ayudarte de una manga pastelera. No te olvides de hacer el hueco en el medio.  Hornea los sequitos lo suficiente para que estén hechos pero no se tuesten demasiado, lo que te llevará unos 30 minutos. 

5. Decora los sequillos

Retira los sequillos y apaga el horno. Mete el merengue en una manga pastelera para decorarlos con mayor facilidad. Para que el glaseado se endurezca más rápidamente, introduce de nuevo la bandeja en el horno. Recuerda que debe estar apagado.

Otros postres tradicionales

  • Dulces y esponjosas, las rosquillas de anís forman parte de los llamados dulces de convento. Son muy fáciles de hacer y no requieren ingredientes complicados. ¿Un truco para que te queden de fábula? A la hora de freírlas, es fundamental que el aceite esté caliente pero no humeante, ya que en ese caso se tostarían enseguida por fuera pero estarían crudas por dentro. 
  • Para hacer las yemas de Santa Teresa en casa, solo necesitas yemas, azúcar y azúcar glas. Lo primero que tendrás que hacer es un almíbar al que añadirás las yemas. Cuece hasta que se espese, dales forma, espolvorea el azúcar glas y ¡a disfrutar de ellas! Te aviso que será imposible tomar solo una.
  • Asociados a Cuaresma, los buñuelos de viento son unos de los dulces más ricos y esponjosos. Se llaman así porque, al estar rellenos de burbujas de aire, resultan muy ligeros. A la hora de rellenarlos dan muchísimo juego y los puedes encontrar de chocolate, crema, cabello de ángel, moca o nata, entre otros muchos sabores. 
  • La leche frita debe su origen a la necesidad de aprovechar tres de los ingredientes más básicos: leche, harina y huevos. Lo habitual es que, antes de servir, se espolvoree con azúcar y se caramelice con ayuda de un soplete de cocina. 
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