Hoy hacemos las maletas imaginarias y viajamos virtualmente hasta Estonia para descubrir uno de sus mayores tesoros, el kringle, un vistoso pastel típico navideño con origen escandinavo que recuerda tanto a los tradicionales rollitos de canela como a los pretzels salados. Su principal característica es que es estriado y redondo, de hecho el término proviene del nórdico antiguo kringla, que significa anillo o círculo. Al igual que sucede con otros postres que llevan levadura, como nuestro roscón de Reyes , el kringle no es un postre difícil pero sí algo laborioso que requiere sobre todo tiempo y paciencia . Lo primero que tienes que saber es que no lleva harina normal sino harina de fuerza, que está elaborada con distintas variedades de trigo y tiene mayor contenido en gluten. En cuanto a la levadura, puedes utilizar la levadura fresca prensada que es esa que encuentras en la zona de refrigerados, viene en porciones rectangulares y necesita ser disuelta . ¿Y si resulta que tienes levadura seca en casa? Puedes usarla sin problema teniendo en cuenta que la seca equivale a un tercio de la fresca, es decir, que bastaría con 5 gramos de levadura seca para sustituir los 15 gramos de la seca que te pide esta receta. Lo que en ningún caso te funcionaría sería la levadura química tipo Royal, también conocida como polvos de hornear. Vamos ahora con el relleno. Si te gustan los frutos secos, te encantará este con almendra molida y nueces muy picaditas y un aroma riquísimo a canela , tan típico de los meses de otoño e invierno. Por último, también lleva un ligero glaseado que aporta textura y cierto brillo. Conseguir su característico aspecto estriado es más sencillo de lo que parece, ya que se trata de una trenza enroscada, como verás a continuación. Trucos para que el kringle sea todo un éxito Para acelerar el proceso de levado, puedes dejar la masa dentro del horno con la luz encendida. Si tu horno no tiene luz, introduce también un bol con agua caliente al lado del bol que contiene la masa y ve cambiando el agua según vaya enfriándose. ¿Te gustan las pasas? Añádelas al relleno previamente hidratadas. En cuanto al glaseado, puedes prescindir de él y sustituirlo por azúcar glas. El kringle está tan rico que es difícil que dure de un día para otro. Pero si así fuera, puedes quedarte tranquilo porque el glaseado que lleva permite que se mantenga esponjoso al menos 2 días más. Eso sí, no lo dejes a la intemperie y guárdalo en un recipiente hermético.