Estas galletas son perfectas para cualquier momento del día . En el desayuno, yo las tomo para acompañar mi café con leche (y mi hijo con la leche chocolateada). A media mañana son ideales para matar el gusanillo y aguantar sin problema hasta la hora de comer. Después del almuerzo son la mejor compañía para un café o una infusión y, a media tarde, como merienda dulce. ¡La verdad es que no encuentro ningún "pero" a esta receta! A no ser que nos pongamos quisquillosos con las calorías, eso sí, porque son galletas de mantequilla . Es decir, lo que se dice ligeras, no son. Eso sí, son de pequeño tamaño, así que si solo te comes una o dos, no es tan grave. Y, además, como son 100% caseras no llevan ningún tipo de conservante y siempre puedes ajustar el nivel de dulzor, si el azúcar es lo que te preocupa. Lo que me gusta de estas galletas es que solo necesitas tres ingredientes para elaborarlas. Y que, como la proporción de cada ingrediente es la mitad del anterior, la receta es muy fácil de memorizar. O sea, llevan 100 gramos de harina, la mitad de mantequilla (50 gramos) y la mitad de azúcar (25 gramos). Una vez horneadas, las espolvoreo con abundante azúcar glas, que les da un aspecto nevado, de ahí su nombre, nevaditas. Yo utilizo azúcar blanquilla para hacer la masa, pero si solo quieres emplear un tipo de azúcar, decántate por el glas. ¿Azúcar glas es el que no tienes? No te preocupes, también puedes triturar un poco de azúcar blanquilla con un procesador de alimentos (o con un molinillo de café, que es lo que hacía mi abuela) hasta reducirla a polvo, que es lo mismo que el azúcar glas. ¿Con qué servir las galletas nevaditas de mantequilla? Si las has preparado para el fin de semana, no lo dudes: un buen chocolate a la taza es la mejor opción para acompañar las galletas de mantequilla. Si eres fan de las bebidas tradicionales, la horchata de chufa es perfecta para servir junto a estas galletas, en especial en las épocas de más calor del año, puesto que la horchata debe servirse bien fría. Un café, un café con leche o un té son los complementos "naturales" de las galletas. Pero también una infusión, un batido o un zumo de frutas encajan bien con esta receta.