El truco de la experta para limpiar las judías verdes y conservar su color: ¡saludables, dulces y suaves!

Las judías verdes son una verdura muy saludable, tierna y suave. Podemos cocinarlas de muchísimas maneras y combinarlas con otros ingredientes. Hoy te explicamos cómo limpiarlas.

foto carnet
Ivana Muntán

Coordinadora web Cocina Fácil

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Cocina fácil / RBA / Belén Casal del Castillo

Truco: Cómo limpiar judías verdes
Cocina fácil / RBA / Belén Casal del Castillo

Las judías verdes son una de las verduras más deliciosas. Son un ingrediente muy saludable que puedes incorporar a multitud de recetas. Como ingrediente principal o como acompañamiento o guarnición siempre incorporan un sabor suave y dulce a tus guisos.

Son el fruto inmaduro de la planta Phaseolus Vulgaris, vainas planas y alargadas con unas semillas en su interior que son absolutamente exquisitas.

Para limpiarlas y prepararlas correctamente solo necesitas agua fría, papel de cocina y un pelador o un cuchillo. Si las quieres hacer hervidas, el tiempo de cocción será entre 8-10 minutos. Personalmente, me encanta preparármelas así, con un chorrito del mejor aceite de oliva virgen y un pelín de sal gruesa (los días que necesito más sabor, rallo un poquito de cheddar curado y me permito el lujo calórico del queso). Yo retiro las dos hebras porque me gusta que se me abran algunas cuando las hiervo y salgan las pequeñas semillas dulces y súper suaves.

El paso a paso es realmente sencillo:

  1. Limpia las judías con agua fría y sécalas bien con papel de cocina.
  2. Identifica las dos hebras y retíralas con un cuchillo o un pelador (la hebra fina no es necesario, pero si quieres que queden incluso más suaves, puedes retirarlas ambas).
  3. Corta las puntas con un cuchillo.
  4. Corta las judías al tamaño que desees.

A menudo las preparo para una ensalada fría y en este caso, las preparo para que brillen un poquito más y su color verde sea más vivo (si solo las hiervo y las dejo enfriar en su mismo caldo pierden un poquito su color intenso). Para ello, siempre las hiervo recién sacadas de la nevera bien frías y justo después de hervirlas las coloco en un bol de agua fría con cubitos de hielo. Las conservo en frío al menos 15-20 minutos (algunos cocineros recomiendan añadir un pelín de bicarbonato en el agua de cocción, pero para mi casa, con el agua helada, me basta).

Otros trucos para conservar su color

  • Hervirlas en agua con gas.
  • Reducir el tiempo de cocción y enfriarlas en agua con hielo.

Además de su sabor, su contenido nutritivo es inmejorable, son bajas en calorías, ricas en fibra y fuente de vitaminas y minerales beneficiosos para tu cuerpo. Además, ayudan a regular el tránsito intestinal y contienen antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación (por tanto, son ideales para dietas antiinflamatorias).

En Cocina Fácil somos grandes amantes de esta verdura y la hemos preparado con almendras y sobrasada, con pimentón de la vera, con piñones, jamón y tomate, con huevos patatas y jamón serrano, o gratinadas con crema de champiñones.

Judías verdes gratinadas
COCINA FÁCIL / RBA / XAVIER SOLDEVILA

En los supermercados también encontrarás la variedad de judías verdes redondas, son algo más carnosas y sus beneficios nutricionales son exactamente iguales. Su sabor es algo más suave que el de las judías planas, por ello resultan ideales para combinar con otros vegetales e ingredientes (personalmente creo que son las más adecuadas para las ensaladas frías).

En cuanto al corte de la judía, si las judías son planas y no está extremadamente tiernas, yo me decanto por cortarlas en vertical (como si fuera un espagueti grueso). Si están muy tiernas, las dejo enteras o las corto en dos o tres partes horizontales.

Otras recetas con judías verdes que no te puedes perder

Sea como sea: al vapor, hervidas, salteadas, en ensalada o gratinadas al horno, las judías verdes son un ingrediente estrella en una dieta saludable y es importante que las desterremos de su etiqueta de plato aburrido y dejemos de limitarlas a la receta típica de judías verdes hervidas con patata (lo siento, pero mi niña interior aún está deseando "mancharlas" con mayonesa). ¡Existen tantas opciones para aprovechar su textura y sabor suave en la cocina! 

Nuevo propósito de este año: aprender a cocinarlas para que no se me hagan monótonas. ¿Te apuntas?