Las judías verdes son una de las verduras más deliciosas. Son un ingrediente muy saludable que puedes incorporar a multitud de recetas. Como ingrediente principal o como acompañamiento o guarnición siempre incorporan un sabor suave y dulce a tus guisos.
Son el fruto inmaduro de la planta Phaseolus Vulgaris, vainas planas y alargadas con unas semillas en su interior que son absolutamente exquisitas.
Para limpiarlas y prepararlas correctamente solo necesitas agua fría, papel de cocina y un pelador o un cuchillo. Si las quieres hacer hervidas, el tiempo de cocción será entre 8-10 minutos. Personalmente, me encanta preparármelas así, con un chorrito del mejor aceite de oliva virgen y un pelín de sal gruesa (los días que necesito más sabor, rallo un poquito de cheddar curado y me permito el lujo calórico del queso). Yo retiro las dos hebras porque me gusta que se me abran algunas cuando las hiervo y salgan las pequeñas semillas dulces y súper suaves.
El paso a paso es realmente sencillo:
- Limpia las judías con agua fría y sécalas bien con papel de cocina.
- Identifica las dos hebras y retíralas con un cuchillo o un pelador (la hebra fina no es necesario, pero si quieres que queden incluso más suaves, puedes retirarlas ambas).
- Corta las puntas con un cuchillo.
- Corta las judías al tamaño que desees.
A menudo las preparo para una ensalada fría y en este caso, las preparo para que brillen un poquito más y su color verde sea más vivo (si solo las hiervo y las dejo enfriar en su mismo caldo pierden un poquito su color intenso). Para ello, siempre las hiervo recién sacadas de la nevera bien frías y justo después de hervirlas las coloco en un bol de agua fría con cubitos de hielo. Las conservo en frío al menos 15-20 minutos (algunos cocineros recomiendan añadir un pelín de bicarbonato en el agua de cocción, pero para mi casa, con el agua helada, me basta).
Otros trucos para conservar su color
- Hervirlas en agua con gas.
- Reducir el tiempo de cocción y enfriarlas en agua con hielo.
Además de su sabor, su contenido nutritivo es inmejorable, son bajas en calorías, ricas en fibra y fuente de vitaminas y minerales beneficiosos para tu cuerpo. Además, ayudan a regular el tránsito intestinal y contienen antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación (por tanto, son ideales para dietas antiinflamatorias).
En Cocina Fácil somos grandes amantes de esta verdura y la hemos preparado con almendras y sobrasada, con pimentón de la vera, con piñones, jamón y tomate, con huevos patatas y jamón serrano, o gratinadas con crema de champiñones.
COCINA FÁCIL / RBA / XAVIER SOLDEVILA
En los supermercados también encontrarás la variedad de judías verdes redondas, son algo más carnosas y sus beneficios nutricionales son exactamente iguales. Su sabor es algo más suave que el de las judías planas, por ello resultan ideales para combinar con otros vegetales e ingredientes (personalmente creo que son las más adecuadas para las ensaladas frías).
En cuanto al corte de la judía, si las judías son planas y no está extremadamente tiernas, yo me decanto por cortarlas en vertical (como si fuera un espagueti grueso). Si están muy tiernas, las dejo enteras o las corto en dos o tres partes horizontales.
Otras recetas con judías verdes que no te puedes perder
Sea como sea: al vapor, hervidas, salteadas, en ensalada o gratinadas al horno, las judías verdes son un ingrediente estrella en una dieta saludable y es importante que las desterremos de su etiqueta de plato aburrido y dejemos de limitarlas a la receta típica de judías verdes hervidas con patata (lo siento, pero mi niña interior aún está deseando "mancharlas" con mayonesa). ¡Existen tantas opciones para aprovechar su textura y sabor suave en la cocina!
Nuevo propósito de este año: aprender a cocinarlas para que no se me hagan monótonas. ¿Te apuntas?