Cómo pelar una calabaza de la forma más fácil y rápida

Si pelar una calabaza te parece tarea difícil, igual es que no lo estás haciendo bien. Con estos sencillos trucos, no habrá calabaza que se te resista.

Marina Blanco, colaboradora de Cocina Fácil
Marina Blanco

Experta en cocina

Cómo pelar una calabaza
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Que la calabaza es uno de los productos predilectos del otoño no es ninguna novedad, que a priori puede resultar tremendamente complicado pelarla, tampoco. Pero sí es cierto que su piel es gruesa y dura, y si no lo haces bien, pelarla puede ser un drama.

Estas son las 2 maneras más rápidas de pelar una calabaza.

1. Con pelador y microondas, en 5 minutos

Con este truco infalible no habrá calabaza que se resista. El objetivo es ablandar la piel de la calabaza para que puedas retirarla con un pelador (¡sí, con un pelador!). Es un proceso que también puedes conseguir utilizando el horno, pero con el microondas es mucho más rápido.

  1. Fija la tabla de cocina a tu encima colocándola sobre una bayeta o paño húmedo, así evitarás que se mueva cuando tengas que cortar y pelar.
  2. Pon la calabaza sobre la tabla y córtale los dos extremos.
  3. Agujerea la calabaza pinchándola con un tenedor, por toda su piel (con 15 o 20 pinchazos es suficiente).
  4. Introdúcela en el microondas y ponlo a máxima potencia, durante 3 o 4 minutos, dependiendo de su tamaño. Ten en cuenta que no quieres que se cocine, solo poder pelarla fácilmente.
  5. Retira la calabaza del microondas, con cuidado de no quemarte. Cógela con manoplas o con un paño de cocina.
  6. Déjala enfriar un poco y retira la piel con el pelador, verás qué fácil es pelarla.
Pelar calabaza con un pelador
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2. Con cuchillo y en crudo, en 10 minutos

Un cuchillo cebollero es la mejor herramienta que puedes utilizar para lidiar con la calabaza. Imprescindible que el tamaño del cuchillo sea adecuado, porque si es demasiado largo te costará más trabajo poderlo manejar. Usa uno que mida entre 20-25 cm y que además, esté bien afilado. Si está bien afilado, puedes usarlo sin miedo (al contrario de lo que puedas pensar, si el cuchillo no tiene un buen filo puede resbalar sobre la piel de la calabaza y salir disparado hacia tus manos).

  1. Coloca la calabaza y horizontalmente sobre la tabla, y con ayuda del cuchillo cebollero córtala por la mitad.
  2. Retira también los dos extremos, con un pequeño corte, así tendrás una base plana sobre la que apoyar la calabaza.
  3. Coloca una de las mitades a modo de base en vertical (teniendo en cuenta que sea la parte más ancha) y con cuidado de no llevarte la pulpa, quítale la piel con el cebollero.
  4. Otra opción, después de haberla cortado por la mitad, es cortarla a tajadas como haces con la sandía o el melón. Una vez tengas las tajadas, ponlas sobre la tabla y elimina la piel con el cuchillo.
Calabaza cortada por la mitad
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Y antes de pelarla...

Aunque parezca evidente, lavar bien la calabaza es fundamental para eliminar restos de tierra y posibles gérmenes, que aunque sean invisibles han podido contaminarla. En el supermercado hay varias alternativas para desinfectar los alimentos, pero lo más común, eficiente y económico para la desinfección es el jabón. Puedes lavarla directamente con las manos o bien usando un estropajo con un poco de jabón neutro y aclarar con abundante agua, si es tibia, mejor. Utiliza un paño fino de algodón para secar bien toda la superficie de la calabaza de manera que te asegures que no quede resbaladiza.

Sin semillas y sin hebras

Cuando tengas la calabaza abierta en dos y hayas quitado los extremos, ayúdate de una cuchara sopera para eliminar las semillas y los filamentos. Otra buena solución es utilizar una cuchara para helados. Lo que sí debes tener en cuenta es que la cuchara no tenga el borde demasiado redondeado para que elimine con más facilidad las hebras que se quedan adheridas a las semillas. No será nada agradable encontrarse esas hebras en el plato. Reserva las semillas, sécalas en el horno y utilízalas en tus recetas.