1. Planíficate bien y compra con antelación
Organiza el menú
Al menos con un mes de antelación deberías tener ya pensado qué vas a cocinar. Una recomendación: no te arriesgues con nuevas recetas y piensa en las que puedas preparar uno o dos días antes, al menos de uno de los platos del menú. ¿Quieres sorpender con una nueva receta? Practícala un poco, hazla al menos una vez antes de las fiestas y así podrás comprobar si te queda como quieres.
Haz listas de lo que necesitas
Los ingredientes para la comida, las bebidas, la decoración de la mesa... De esta forma no tendrás olvidos ni compras de última hora que son de lo más estresante.
Márcate un calendario de trabajo
Si señalas en el calendario qué vas a ir haciendo cada día (cuándo harás las compras, cuándo cocinarás cada plato...), podrás solucionar cualquier imprevisto sin estrés.
2. Divide la cocina por zonas
Zona de preparación
Elige la parte de encimera con más espacio y deja todo preparado (ingredientes y utensilios). ¡Y que esté cerca el cubo de basura!
Zona de cocinado
Probablemente sea la zona contigua a la anterior. Ten ahí todo lo que vas a necesitar: ollas, sartenes, pinzas... Y libera el horno (si es que lo utilizas para guardar alguna sartén, por ejemplo), para tenerlo listo en cuanto lo necesites.
Zona de limpieza
En cocinas pequeñas seguramente este área, la del fregadero y el lavavajillas, esté cerca de la de cocinar, lo que te facilitará ir limpiando a medida que vas ensuciando. Es importante que no acumules muchos útiles para fregar, un fregadero repleto de platos, sartenes y cubiertos sucios genera mucho caos.
Zona de emplatado
Puede ser otra zona de la encimera o la superficie de algún mueble bajo. Aquí sirve los platos y ve dejándolos a la espera de llevarlos a la mesa. También puedes colocar ahí los cubiertos y las copas que vayas a cambiar después.
3. Ten todo a mano
Es imprescindible no tener que andar buscando cada vez lo que necesitas, dando paseos innecesarios. Asegúrate de tener al alcance todo lo que vayas a usar antes de empezar o tardarás más y te pondrás nerviosa.
Saca los ingredientes también de la nevera y la despensa y todo el menaje que vayas a usar, incluidas ollas y sartenes, y ponlo en el área correspondiente.
Libera la cocina de todo lo que no vayas a utilizar. Además de la encimera, echa un vistazo también a la despensa, las especias...
No te olvides de las sillas o los taburetes, retíralos para que manejarte por la cocina sea más sencillo. Igualmente si tienes un carrito auxiliar o cualquier otro elemento con el que puedas tropezar, sácalo fuera de la cocina.
4. Libera la encimera
Cuanto más espacio libre tengas para preparar tus recetas, mejor. Limpia la encimera y ordénala para que no haya nada que sobre; deja solo lo que realmente te hace falta.
Despeja también la mesa de office o la barra, si tienes, y utilízala como superficie de apoyo extra. Delimita zonas ahí para dejar la vajilla que vas a usar, el menaje, los ingredientes... Aquí también puedes poner todo lo que vas a necesitar para montar la mesa. Prepárala tras el desayuno.
5. Establece un orden para empezar a cocinar
Prioriza la receta más larga, la que va a llevar más tiempo. Y no prepares una sola cosa; mientras algo se estofa, sigue picando, pochando, lavando... Echa mano de la lógica y el orden y podrás hacer varios platos a la vez en poco tiempo.
Siempre hay unos minutos aquí y allá durante el proceso de cocción. Utiliza este tiempo también para recoger y limpiar lo que vas ensuciando.