Cómo hacer una buena pizza casera (todos los trucos para una masa perfecta)

La masa para la base es muy sencilla de preparar, le puedes dar distintas formas, rellenarla con los ingredientes que más te gusten y solo necesita unos minutos de horno para que quede crujiente y deliciosa. Si nunca has preparado una pizza casera, es el momento.

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

cómo hacer masa de pizza
Cocina Fácil

Elaborar una excelente pizza en casa es bien sencillo, incluso si tu experiencia entre los fogones es nula. La base es una masa de pan que se logra mezclando harina de trigo, agua, levadura, sal y un poco de aceite. En cuanto al relleno, la tradición manda que la base se cubra con tomate fresco triturado o salsa de tomate (si la haces tú, mucho mejor) y láminas de mozzarella, y encima se añaden el resto de ingredientes. En este punto hay que seguir la regla de menos es más.

Ya solo queda cocer tu pizza en el horno bien caliente y disfrutarla en buena compañía. Pero nada de usar cuchillo y tenedor: simplemente doblas tu porción por la mitad, la coges con la mano y te la llevas a la boca. Seguro que después de probar tu fantástica pizza casera nunca más querrás comer una industrial.

Cómo hacer masa de pizza
Cocina Fácil
Receta tradicional de masa de pizza
Para 4 personas
Ingredientes
  • 375 gramos de harina de fuerza
  • ¼ cucharada de sal
  • 10 gramos de levadura fresca
  • 30 gramos de aceite
Paso a paso
  1. Mezcla los ingredientes

    Pon 350 gramos de harina en un cuenco, añade la sal y mezcla. Calienta 250 mililitros de agua ligeramente y viértela poco a poco sobre la harina mientras vas removiendo con una espátula hasta que todo quede bien integrado y obtengas una pasta homogénea.

  2. Amasa con las manos

    Coloca la masa sobre una superficie de trabajo espolvoreada con un poco de harina y trabájala unos instantes con las manos.

  3. Agrega la levadura

    Diluye la levadura en 50 mililitros de agua. Haz un hueco en el centro de la masa y viértela allí, junto con el aceite. Vuelve a amasar unos 5 minutos, hasta que consigas una masa esponjosa.

  4. Deja levar la masa

    Forma una bola con la masa, tápala con un paño de cocina humedecido con un poco de agua y déjala que fermente al menos 1 hora, hasta que doble su volumen.

  5. Ahora dale forma

    Espolvorea con harina la superficie de trabajo y coloca la masa encima. Estírala con un rodillo ligeramente enharinado hasta darle el grosor y la forma que quieras.

5 trucos para que conseguir una pizza perfecta

1. Emplea harina de fuerza y levadura fresca

Si quieres que la masa te quede elástica y suave utiliza una harina de fuerza (00), rica en gluten, y levadura fresca o seca activa. Antes de añadir esta a la masa tienes que diluirla siempre en agua tibia (a unos 38º). Si el agua está muy caliente o muy fría la levadura no podrá hacer su trabajo y la masa no fermentará ni subirá.

Masa pizza
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2. Trabaja la mezcla manualmente

Después de mezclar los ingredientes de la masa trabájalos manualmente, entre 5 y 15 minutos, hasta que se forme una pasta que se despegue de las manos. Si tienes en casa una amasadora con gancho úsala, te ayudará a conseguir una masa lisa y uniforme con el mínimo esfuerzo y en tiempo récord.

3. Deja reposar la masa

Respeta el tiempo de fermentación y deja reposar la masa hasta que doble su volumen. Este proceso tardará más o menos tiempo en función de la temperatura ambiente. Si hace más calor fermentará antes, pero nunca tardará menos de una hora. Incluso puedes dejarla levar hasta un día entero. Cuanto más tiempo repose más digestiva resultará.

cómo hacer masa de pizza
Cocina Fácil

4. Estira la masa

Para que la base de tu pizza tenga la esponjosidad y la consistencia deseadas, conviene estirar la masa una media hora antes de introducirla en el horno. Si tienes un poco de maña, prescinde del rodillo y hazlo con los puños, desde el centro hacia fuera, hasta que tenga 5-6 mm de espesor.

5. Precalienta el horno

Imposible obtener un buen resultado con tu pizza casera si no se cuece a la temperatura adecuada. Siempre hay que precalentar el horno entre 20 y 30 minutos antes de introducir la pizza, si es posible a 250º. Lo ideal es cocinarla sobre una piedra dispuesta sobre la rejilla, pero si no la tienes tampoco pasa nada:

  • Colócala en la placa untada con aceite y hornéala de 7 a 10 minutos a media altura y entre 1 y 2 minutos en la parte baja del horno.
  • Comprueba si ya está lista mirando a través del cristal de la puerta, sin abrir esta. En cuanto veas que los bordes están dorados y crujientes, retírala.

Ideas para dar un toque a la masa

Puedes dar un toque diferente a tu masa empleando otros tipos de harina (integral, de garbanzos, de arroz...), añadirle semillas (sésamo, lino, girasol...) e incluso vegetales triturados como te proponemos en esta pizza de coliflor con pollo. Mira qué buena pinta tiene, parece estar diciendo: ¡cómeme!

Una vez que tengas la masa lista elige el tamaño: puedes hacerla normal o XL, o decidirte por unas pizzetinas si prefieres el formato mini. Y juega con distintas presentaciones, la clásica es redonda, pero también las hay rectangulares o cuadradas, como nuestra pizza con salmón y el borde relleno, o atrévete a darle formas más originales: corona,cucurucho, barquitas variadas con distintos rellenos y, ¿por qué no?, hasta unas sorprendentes albóndigas envueltas en masa de pizza. Pruébalas todas, te van a encantar.

Los mejores ingredientes para tu pizza

La salsa de tomate, especialmente si es casera, es la mejor opción para cubrir una pizza, pero también queda muy rica con otras como pesto, bechamel, barbacoa, boloñesa... El segundo ingrediente imprescindible para conseguir una cobertura perfecta es el queso, pero olvídate de las bolsitas de mezclas de quesos rallados y utiliza preferentemente mozzarella fresca de búfala en formato bola, bien escurrida y cortada en rodajas; si quieres, puedes combinarla con algún otro queso: de cabra, azul, manchego, mahón, idiazábal, parmesano, provolone, gouda o emmental.

Una vez que has puesto la salsa y el queso sobre la base de la pizza ya puedes rellenarla con lo que quieras, porque esta masa se lleva bien con casi todos los alimentos:

  • Pescados: sardinas, atún, salmón, anchoas...
  • Huevo de gallina o de codorniz.
  • Hortalizas: calabacín, berenjena, cebolla, pimiento...
  • Embutidos: jamón serrano, jamón de York, prosciutto, beicon, chorizo, salami, pepperoni...
  • Setas variadas de temporada, champiñones, trufa...
  • Carnes: picada de ternera, cerdo o cordero, tiras de pollo, trozos de salchicha...
  • Encurtidos: pepinillos, alcaparras, aceitunas...

Y como toque final, añade algunas hierbas aromáticas frescas o secas (orégano, albahaca, romero, hierbabuena, tomillo...), o un chorrito de aceite de oliva aromatizado con guindilla, ajo o trufa.

pizza con rúcula
Istock

Y evita estos errores si no quieres estropear tu pizza

  • Pasarte con el relleno. No le pongas a la pizza cualquier cosa que tengas en la nevera y menos aún en cantidades industriales. Elige los alimentos con cuidado, teniendo en cuenta el tiempo que necesitan para cocinarse y la cantidad de agua que contienen, y no añadas más de cuatro o cinco. Si pones muchos ingredientes la masa se reblandecerá y no se cocerá bien, y además corres el riego de que unos se quemen y otros se queden a medio hacer.
  • Saltarte el orden. Después de darle forma a la masa hay que añadir los ingredientes del acompañamiento en el orden establecido, esto es, primero la salsa, después el queso elegido y, finalmente, el resto de los alimentos. Algunos de ellos, como el jamón, el salmón ahumado, la rúcula o la albahaca fresca es mejor ponerlos después de hornear, ya que el calor altera su textura y sabor.
  • Recalentar en el microondas. Este horno es muy útil para determinadas tareas culinarias, pero utilizarlo para calentar una porción de pizza del día anterior es una mala idea, porque la masa te quedará flácida, gomosa y poco apetecible. Si de verdad quieres recuperar su base crujiente y comértela casi como si estuviera recién hecha, pon a fuego medio-bajo una sartén antiadherente (puedes añadir unas gotas de aceite) y caliéntala. Luego, coloca la porción de pizza, tapa la sartén y déjala 3 minutos. Pásala al plato ¡y a comer!

7 pizzas italianas con nombre propio

  1. Margherita. La más famosa de las pizzas debe su nombre a la reina Margarita de Saboya. La creó el cocinero italiano Raffaele Esposito cuando quiso ofrecerle a la reina una receta que representara los tres colores de la bandera italiana: rojo, blanco y verde, y por eso sobre su base fina y crujiente solo se añaden tres ingredientes: tomate, queso mozzarella y albahaca.
  2. Marinara. Aunque parezca increíble, esta pizza no lleva nada de pescado o marisco. Y tampoco mozzarella ni otros quesos, solo salsa de tomate, ajo, orégano y aceite de oliva virgen extra. El nombre se debe a que los marineros italianos acostumbraban a llevarla para comer en sus barcos cuando iban de pesca, porque se conservaba perfectamente durante muchas horas.
  3. Quattro formaggi. ¿Puedes utilizar cualquier queso que se te ocurra para hacer esta pizza? Si te gusta innovar, prueba con distintas variedades, siempre que al menos una de ellas sea de sabor suave. Si quieres hacerla como manda la tradición, pues no, porque la auténtica lleva estos 4 quesos: gorgonzola, parmesano, mozzarella y fontina, y ningún ingrediente más.
  4. Quattro stagioni. La base de esta pizza se cubre con salsa de tomate y mozzarella, se divide en 4 triángulos iguales y cada uno se rellena con un ingrediente que representa a cada una de las 4 estaciones del año: alcachofas (primavera), aceitunas con tomate y albahaca (verano), champiñones (otoño) y jamón serrano o cocido (invierno).
  5. Diavola. Se trata de una pizza atípica, porque solo es apta para paladares atrevidos y amantes de los sabores intensos, ya que los ingredientes principales deben ser picantes (salami calabrés o pepperoni). Se suele servir con hilo de aceite de oliva virgen extra mezclado con chile picado.
  6. Carbonara. Pertenece al grupo de de las pizzas denominadas "blancas", porque no lleva tomate. La base se cubre con una capa de salsa carbonara elaborada previamente con huevo, queso parmesano, sal y pimienta. Después se añaden el resto de los ingredientes: cebolla, beicon o panceta y queso rallado: parmesano, pecorino o grana padano.
  7. Calzone. Esta pizza resulta de lo más original. La mitad de la base se cubre con los ingredientes elegidos (hortalizas, queso, carne, atún...) y el resto de la masa se dobla sobre el relleno y se sellan los bordes formando una empanadilla gigante.

Las otras masas

Con los mismos ingredientes que la masa de pizza italiana (harina, agua, levadura, sal y aceite) se preparan esas "otras pizzas" menos conocidas que no son exactamente lo mismo que la original, pero se le parecen bastante.

Focaccia. De la región de Liguria, concretamente de Génova, procede este pan plano de miga esponjosa y corteza dorada. La masa se aromatiza con hierbas (provenzales, orégano, romero, tomillo...), se aliña con aceite de oliva virgen y además puede llevar otros ingredientes: tomates cherry, aceitunas, nueces, queso...

Farinata. A medio camino entre la pizza y el pan, la farinata es una especie de torta genovesa que se elabora con harina de garbanzos, agua, aceite y sal. Se puede comer sola, como si fuera pan, o como aperitivo, en compañía de unas verduras asadas, unas aceitunas, una tabla de embutidos o de queso.

Coca. Pero la familia de la pizza es amplia y se extiende fuera de Italia, como demuestran nuestras cocas mediterráneas típicas de Cataluña, Baleares y la zona levantina. Tienen una base delgada de masa de pan, normalmente redonda u ovalada, que se rellena con gran variedad de ingredientes, tanto salados como dulces. A diferencia de las pizzas tradicionales, no llevan salsa de tomate ni queso.

Fugazza. Un poco más lejos, al otro lado del Atlántico, nos encontramos con la fugazza argentina cuya creación se atribuye al hijo de un emigrante genovés. Es una pizza muy ligera en la que la masa se cubre solo con cebolla y se espolvorea con orégano. También existe una versión más suculenta, la fugazzeta, que consiste en rellenar un disco de masa de pizza con queso mozzarella, colocar otro encima y añadir cebolla cortada en juliana y unas aceitunas negras.