¿Eres fan del té? ¿De las infusiones en general? Pues toma nota de este consejo, superpráctico de cara al veranito. Porque en invierno, un té caliente reconforta, pero cuando llega el calor, lo más refrescante es tomar un té helado, que en los países anglosajones se conoce como iced tea.
Podrías pensar que con ponerle un par de cubitos de hielo, ya lo tienes. Y sí... pero no. Porque el hielo, al cabo de un rato, acabará deshecho y habrá afectado al sabor del té, aguándolo y haciendo que esté mucho más insípido.
¿Cómo evitar que el té con hielo esté aguado?
Aquí van nuestros 3 trucos mágicos para evitar que el té helado pierda sabor por efecto del hielo.
1. Hielo sí... pero de té
Se trata de añadir cubitos de hielo al té, pero no hechos con agua, sino con el mismo té que vas a tomar. Es un truco infalible, pero necesita un poco de previsión. Los cubitos de té necesitarán al menos una noche para congelarse. Si en casa tienes tés de varios sabores, haz cubitos de todos, así siempre los tendrás disponibles. Utiliza bolsas cubiteras, son las que ocupan menos espacio en el congelador.
2. Cubitos... que no son cubitos
Parecen de hielo, pero no lo son. Son cubos de material plástico, rellenos de agua, que se introducen en el congelador para que esta se congele y tienen la capacidad de enfriar la bebida pero no se derriten. Además, son reutilizables. Una vez los has usado, los lavas y ¡otra vez al congelador! Hay muchos diseños en el mercado, desde los que imitan a la perfección los cubitos de hielo normales a cubitos de colores, con formas originales... Eso sí, es importante que te fijes en que el material con que estén fabricados sea apto para su uso en comida.
3. Vasos inteligentes
Igual que existen vasos o tazas que son capaces de mantener las bebidas calientes, también los hay que te ayudan a conservar el frío. Vasos térmicos con doble pared, con cintas que evitan que al tocar el vaso con la mano lo calientes, y vasos con una pieza rellena de gel que se congela y se inserta en la base del vaso para enfriar la bebida sin entrar en contacto con ella. ¡Qué gran invento!