Soy experta en cocina y este es mi ingrediente estrella para dar un plus de sabor a mis ensaladas de táper (con 3 recetas deliciosas)

Como muchos de los que trabajamos fuera de casa, yo me llevo la comida en un táper y me la como en la oficina. Me gusta prepararme recetas que me sacien pero sin llenarme demasiado, para poder afrontar la tarde sin pesadez de estómago. Por eso, muchos días lo que me llevo en el táper es una ensalada.

Intento que sea siempre distinta, para que no me resulte aburrido, por eso tengo en la nevera ingredientes para ensaladas como tomates, lechugas variadas, zanahoria, rabanitos, pimiento... Si te gusta la cebolla también puedes añadirla a la lista de posibles ingredientes, aunque yo no lo hago por si después tengo alguna reunión... ya sabes que la cebolla huele y repite. 

Pero siempre, siempre hay un ingrediente que repito en cualquier ensalada que me lleve al trabajo. Porque me gusta su sabor, porque añade nutrientes al plato y porque me encanta encontrarlo entre las hojas verdes y las demás crudités de la ensalada: queso curado. En mi caso, prefiero el de oveja porque tiene una profundidad de sabor más intensa que el de vaca, pero puedes elegir el queso curado que más te guste: de oveja, de vaca, de cabra o de mezcla de leches.

Que me gusta el queso curado, con su sabor intenso y profundo, no es un secreto para los que me conocen. Este tipo de quesos curados de oveja son muy reconocidos por su intenso sabor y por cómo se deshace en la boca. A mí me encanta añadirlo a las ensaladas donde su intensidad contrasta de forma espectacular con el resto ingredientes.

Desde Cocina Fácil quiero demostrarte cómo el queso de oveja curado puede elevar tus ensaladas a otro nivel y para ello te propongo tres ensaladas frescas, que te van a gustar tanto como a mí.

1. Ensalada de escarola, granada y queso

Una combinación fresca y colorida que destaca por el contraste de sabores. La escarola aporta ese toque crujiente, mientras que la granada añade un dulzor suave. El queso de oveja, cortado en finas láminas, potencia la ensalada con su sabor intenso, convirtiéndola en un bocado insuperable.

Esta es una de las ensaladas que me suelo preparar en otoño-invierno, cuando hay granadas en el mercado y también escarola, porque aunque esta última ya suele estar disponible todo el año es un alimento típico de los meses de frío.

Esta ensalada es ideal para aquellos que disfrutan con los contrastes de textura: también lleva manzana, que le da otro punto crujiente, y uvas, que son todo lo contrario: suaves y tiernas. Por cierto, añádelas a la ensalada peladas y cortadas por la mitad, sin pepitas, así será mucho más agradable comerlas.

El aliño de esta ensalada es una vinagreta de ajo que me reservo para cuando la preparo y la como en casa. Para llevarla en el táper prefiero un aliño básico con aceite, vinagre y sal.

2. Ensalada de patata, espinacas, jamón y queso

Esta ensalada es perfecta como plato principal. Las patatas cocidas proporcionan una base suave con un alto poder saciante, mientras que las espinacas añaden frescura. El queso de oveja curado, desmenuzado sobre la mezcla, aporta un contraste de sabor que redondea el plato de una forma humilde y sencilla.

Para hacer esta ensalada siempre recurro a las espinacas baby que ya vienen envasadas y listas para comer, son tan tiernas que no hace falta cocinarlas, se toman como cualquier otra lechuga. 

Y como soy fan de los contrastes dulce-salado, agrego a mi ensalada unas uvas pasas (sin pepitas) que crean una combinación de sabores deliciosa con el resto de ingredientes.

Como ves, aquí añado el queso curado rallado en lascas finas, que consigo rallando una cuña de queso con el utensilio especial para hacer lascas de queso.

3. Ensalada de rúcula con queso, nueces y vinagreta

La rúcula es otra de mis hojas verdes preferida. Tiene un sabor potente, ligeramente amargo y casi picante, que contrasta perfectamente con el resto de ingredientes: tomate (puedes usar tomates cherry si lo prefieres), queso y nueces.

Una ensalada con pocos ingredientes pero muy bien combinados, en la que el queso se añade cortado en finas lonchas que hacen que su presencia sea más sutil y elegante. 

El aliño también es una parte muy importante en esta receta. Lleva aceite aromatizado con romero, miel, vinagre, sal y pimienta. Y un dato importante: el aliño me lo llevo en un pequeño táper aparte para poder aliñar la ensalada justo antes de comérmela. Si no, la rúcula quedaría muy mustia y la ensalada perdería todo su encanto.

Incorporar este tipo de quesos a tus ensaladas no solo les da un mejor sabor, sino que también aporta proteínas y calcio, y ayuda a que sean más saciantes, perfectas para mantener la energía alta durante todo el día. Date el capricho de disfrutar de los mejores quesos y haz que tus ensaladas brillen como nunca.