Patatas de Olot, receta de la abuela crujiente y cremosa

¿Has oído hablar de las patatas de Olot? Son unas patatas rellenas de sofrito de carne y bechamel típicas de esta zona de Cataluña, y tienen más de 80 años de historia. Se dice pronto, ¿verdad?

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Ruth Puig

Colaboradora

Patatas de Olot, receta tradicional con 80 años de historia
Instagram @ebeth_mary

Olot, también conocida como la ciudad de los volcanes, ofrece mucho más que este atractivo singular. Su gastronomía goza de una gran reputación, y entre sus delicias culinarias destacan platos tradicionales como las patatas de Olot, también conocidas como patatas rellenas o patatas bretxa.

Este plato, posiblemente el más popular de la región catalana, consiste en una elaboración de patatas rellenas de carne, empanadas con huevo y posteriormente fritas, que combinan una textura crujiente y dorada en su exterior, con un interior cremoso.

Se disfrutan calientes, siendo especialmente apreciadas durante el invierno, cuando las temperaturas descienden considerablemente.

Cuando hablamos de patatas rellenas, las posibilidades para elaborarlas son infinitas. Sin embargo, en el caso de las patatas de Olot, su relleno se basa en un sofrito de tomate, cebolla y una combinación de carne asada de cerdo y ternera.

Algunos incluso optan por añadir un toque de coñac o vino blanco para realzar los sabores.

Una vez preparado el sofrito, se mezcla con bechamel y se forman con dos trozos de patata previamente cortados a láminas finas. El último paso consiste en sellarlas bien de los bordes para que no se pierda el relleno, pasarlas por huevo y freírlas hasta obtener una capa dorada y crujiente.

Un plato tradicional catalán con 80 años de historia

La familia Reixac de Olot fue quien popularizó este plato por toda la comarca de La Garrotxa y en las tierras de Girona hace más de 80 años. En 1943, el alcalde Pere Bretxa pidió al restaurante La Deu que le preparara algo especial durante su paso por allí.

Sus propietarios, inspirados por unas patatas rellenas de carne de cordero que probaron en su luna de miel en Mallorca, adaptaron la receta y se hicieron conocidas como patatas Bretxa. Más tarde, también se les llamó cómo se las nombra actualmente: "Patatas rellenas" y "patatas de Olot".