Desde que tengo uso de razón recuerdo a mi madre volver del supermercado con un juego peculiar relacionado con su compra en el supermercado. Al colocar las bolsas sobre la encimera de la cocina, saca uno a uno los productos que ha adquirido y me pregunta cuál es la cifra total de los ticket con los que ha hecho la compra de la semana. Como si se tratara del famoso concurso 'El precio justo', siempre trato de acertar o acercarme lo máximo posible a la cuantía exacta, pero no es nada fácil porque tiene un don para llenar la cesta por menos de lo que pueda parecer.
Cuando bromeo con algún artículo concreto en el que se ha podido ahorrar uno o dos céntimos, me regala una de sus frases estrella: "cacito a cacito, todo suma". Le he pedido que resuma sus "secretos", pero ella prefiere hablar de "sencillos trucos", porque verdaderamente se trata de saber comprar y está al alcance de cualquiera. La subida de precios nos afecta a todos, pero algunas de esas recomendaciones nos puede ayudar, además, a encontrar los famosos "chollos" para llenar nuestra nevera o despensa.
Cinco trucos para ahorrar en el ticket de la compra del supermercado
Mi madre tiene otra frase célebre, heredada de su padre, que repite una y otra vez y que dice que "no hay mejor lotería que la buena economía", así que le he pedido que me ayude a compartir sus cinco trucos para ahorrar en la cesta de la compra y que se resumirían así:
- Comprar semanalmente lo importante, lo que sea más urgente y esperar a hacer compras más pequeñas con aquello que puede esperar y que puede presentar ofertas.
- Comparar entre tres supermercados cercanos, como mínimo, aunque en este caso influye también el tiempo que tengamos para hacer ese ejercicio de contraste.
- El contacto directo con los expertos y buenos profesionales en las distintas secciones, ya sea en carnicería o pescadería, para que puedan reservarnos una ganga o recomendarnos cuál es el género de mayor calidad y a mejor precio.
- Revisar los folletos de los establecimientos, ya sea en la histórica revista de promociones o en las nuevas aplicaciones, para ahorrar también papel y contribuir con el reciclaje y el cuidado medioambiental. Podemos, también, formar parte de los clubes y beneficiarnos de las ventajas, a veces limitadas o acotadas en el tiempo, de ser socios.
- Hacer la compra con la nota de lo necesario, para evitar cargar más o menos de lo que nos hace falta en casa.
Después de enviarnos sus consejos, añade una sexta recomendación que había olvidado y que puede ser muy útil para las personas que viven solas o en pareja: "Hay que huir de las promociones del '3 por 2' si no interesa, porque hace que te lleves más productos de los necesarios y si no eres familia numerosa, no compensa". Lo barato sale caro, a veces y esto ocurre también si adquirimos algunos artículos con los que se desperdicia mucha cantidad, un total que también hay que evaluar, porque en ocasiones comparamos y en algunos hay una menor proporción, lo que nos puede empujar a llevarnos más unidades y, en definitiva, gastar un poco más de dinero.
El "vísteme despacio, que tengo prisa", también en el supermercado
Ahorrar tiempo y dinero a la vez tampoco es una tarea sencilla y mi madre es consciente de que "cuando se llevan pocas cosas por mucho dinero, la culpable es del poco tiempo que se dispone para hacer la compra. No se comparan precios y queremos tardar lo menos posible y eso es mal consejero para el ahorro". Sus conocidos y amigos, dice mi madre, ya saben cuál es, por así decirlo, su 'modus operandi', pero siempre "les sorprende con alguna novedad y ocurrencia". "No hay mejor lotería que la buena economía, como siempre decía mi padre", vuelve a repetir orgullosa Carmen Polo después de compartir sus trucos para intentar gastar menos dinero en el ticket del supermercado.
"A la gente que no sabe comprar, les diría que como para cualquier actividad, a la compra hay que dedicarle "tiempo y cariño", dentro del disponible que tengamos cada uno", añade como recomendación, además de apostar por la máxima de que "no por comprar los que nos parecen mejores productos, a cualquier precio, vamos a satisfacerse nuestras necesidades". En su opinión, "hay que pensar lo que es necesario e imprescindible para vivir" y "también nos podemos permitir ciertos caprichos, pero dentro de unos precios razonables y según el poder adquisitivo que tengamos". Por último, ha llegado a la conclusión de que "no es necesario gastar demasiado para llevar una vida sana y saludable" y aunque nadie tiene la llave maestra y en cada casa hay una situación bien distinta, todos los consejos se pueden adaptar y tomarlos con flexibilidad.