Leche merengada casera ligera y sencilla. Una receta clásica que siempre funciona.

Es rápida y fácil de hacer (la tendrás lista en 20 minutos) y te hará más llevaderos los calurosos días de verano. Sirve en cualquier momento: desayuno, comida, merienda o cena.

Óscar Sanz
Óscar Sanz
Cocinero

VASITOS DE LECHE MERENGADA LIGERA.
VASITOS DE LECHE MERENGADA LIGERA.
Cocina Fácil / RBA / XABIER MENDIOLA
8 personas
20 min
135 Cal

5

(5 votos)

Dieta:

Baja en calorías

Mediterránea

Vegetariana

Temporada:

Verano

Técnica:

Técnica mixta

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Sin gluten

La leche merengada es esa bebida fresca y deliciosa que siempre apetece. Además, tiene ese toque casero que hace que todo siempre sepa mejor. Es un clásico que de las heladerías de antaño que sigue de máxima actualidad, además os adelanto que es muy fácil de hacer en casa. En solo 20 minutos tendrás esta bebida ligera y refrescante preparada.

Esta bebida fresca te funciona tanto para desayuno o meriendas como para un capricho dulce a cualquier hora del día. Además, te adelanto que, si te animas a darle un toque más helado, puedes congelarla y conseguir una textura de sorbete.

Leche merengada casera, con su sabor delicado a limón y canela, es una de esas recetas que conquistan a tantos como la prueban. Además, esta versión que os proponemos hoy es ligera así que es perfecta para disfrutar sin remordimientos.

Ingredientes paraLeche merengada casera ligera y sencilla. Una receta clásica que siempre funciona.

  • 1 litro de leche desnatada
  • 180 gramos de azúcar
  • 50 gramos de azúcar glas
  • 4 claras de huevo
  • 1 ramita de canela
  • 1 trozo de piel de limón
  • 1 cucharada de canela en polvo

1. Aromatiza la leche

Para empezar, lleva la leche a ebullición en una cacerola junto con el azúcar, la ramita de canela y la piel de limón. Remueve de vez en cuando hasta que el azúcar esté bien disuelto y la leche comience a burbujear ligeramente. Cuando empiece a hervir, retira del fuego, tapa la cacerola y deja que repose hasta que esté fría.

Este paso es crucial para darle el toque de sabor característico. La combinación del limón y la canela le da ese toque clásico y delicado que hace a la leche merengada tan irresistible.

2. Haz el merengue

Mientras la leche se enfría, es el momento de preparar el merengue. En un bol limpio y seco, bate las claras de huevo junto con el azúcar glas. Si tienes una batidora eléctrica, mejor, así conseguirás un merengue brillante y firme sin esfuerzo. La textura debe ser suave y ligeramente espesa, con puntas que se mantengan.

3. Mezcla la leche y el merengue

Una vez que la leche esté bien fría (puedes acelerar el proceso metiéndola en la nevera o en el congelador unos minutos), retira la piel de limón y la ramita de canela. Añade el merengue a la leche, mezclando con suavidad para que se integre sin perder la textura esponjosa.

Ahora, coloca la mezcla en el congelador durante unos minutos, hasta que esté muy fría, pero sin llegar a congelarse. Este truco hará que la leche merengada esté perfecta y mantenga ese toque cremoso.

4. Sirve y disfruta

Reparte la leche merengada en 8 vasitos, mejor si son de cristal, y espolvorea un poquito de canela en polvo por encima antes de servir. Esta última pizca de canela le da el acabado ideal y ese aroma que resulta irresistible.

El truco

Vierte la leche merengada en moldecitos especiales para polos y congélalos. ¡Triunfarás con pequeños y mayores!

Con estos ingredientes básicos, podrás hacer una leche merengada que rivaliza con cualquier heladería. Pero si quieres amoldarla a tu gusto no hay problema, a mí me gusta con un toque de vainilla, puedes añadir unas gotas de esencia en la leche mientras la calientas y se infusiona. Le da un toque aromático muy potente y un sutil toque de sabor que a mi me resulta delicioso y que complementa muy bien la canela y el limón.

En cuanto a la presentación yo lo tengo más que claro, presentación con estilo y en recipientes individuales. Sirve la leche merengada en vasitos individuales y añade una rodaja de limón en el borde o una ramita de canela. Queda ideal y no cuesta nada darle ese toque acabado espectacular.

Un Capricho Ligero y Delicioso. La leche merengada casera es de esos sabores que nunca pasan de moda. Al ser una receta sin gluten y baja en calorías, es perfecta para que toda la familia la disfrute sin preocupaciones. Es ligera, refrescante y tiene ese toque casero que, una vez que lo pruebas, sabes que vas a repetir. Hazla en casa y disfruta de esta bebida clásica con un giro moderno y ligero. Prepara una tanda, comparte con la familia o amigos y deja que el frescor de esta leche merengada haga que cualquier día caluroso sea mucho más llevadero.

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