El soufflé nació en Francia en el siglo XVIII . La palabra soufflé viene del verbo francés souffler, que significa "soplar" o "inflar", porque este plato se infla al hornearse y tiene una textura ligera . Aunque al principio era un plato salado , con el tiempo se crearon versiones dulces, y el de chocolate sin duda es uno de los más apreciados. Se trata de un postre sofisticado que destaca por su textura esponjosa y su intenso sabor a cacao. En esta receta, perfecta para preparar en cualquier ocasión , este clásico de la repostería francesa se vuelve aún más delicioso que en su versión original, gracias al toque crujiente de cereales caramelizados con mantequilla de cacahuete , que aportan un contraste irresistible. Aunque pueda parecer complicado de preparar, en realidad es un postre que combina técnica y sencillez . Lo que sí requiere es atención al detalle, pero el esfuerzo valdrá la pena. El resultado será tan delicioso que todos querrán regresar a tu casa para disfrutarlo. Aquí tienes todos los detalles para que puedas empezar a prepararlo. Trucos para que no se deshinche Para conseguir el soufflé perfecto , sigue estos trucos : Primero, bate las claras hasta que estén firmes y formen picos blandos; esto ayudará a que se integren mejor en la masa. Cuando añadas las claras, empieza con un par de cucharadas e intégralas de forma enérgica. Luego, incorpora el resto de las claras con movimientos envolventes para no perder el aire que han adquirido. Además, es importante que los ingredientes de la masa estén bien mezclados antes de añadir las claras. No pierdas tiempo y hornea inmediatamente después de preparar la mezcla , asegurándote de que el horno esté bien caliente. Recuerda engrasar los moldes con mantequilla para que la masa suba fácilmente. Ten también cuidado con los cambios bruscos de temperatura; no abras el horno a mitad de cocción . Una vez listos, deja los soufflés dentro unos minutos antes de abrir la puerta . Y por último, sirve el soufflé inmediatamente, ya que su magia se pierde rápidamente.