Si hay una tarta salada que siempre triunfa entre los comensales, esta es, sin lugar a dudas, la quiche lorraine . Con una base supercrujiente y un relleno suave y cremoso, no hay nadie que se resista ante una porción de esta gustosa especialidad de origen francés. Además, lo bueno, es que su relleno se puede realizar con infinidad de ingredientes. Lo que la convierte en una receta comodín que se adapta a todos los gustos y… a lo que tengamos en la nevera: verduras, carnes, quesos, pescado… ¡Es perfecta para improvisar! Además de la tradicional quiche lorraine, la madre de todas las quiches, en los recetarios podemos encontrar muchísimas variantes. No te pierdas, por ejemplo, la quiche de pollo, queso y verduras , la quiche de salmón y verduras o la quiche de puerros con beicon y emmental . Y también puedes preparar la quiche de calabacín, gorgonzola y nueces que te proponemos hoy. No la dejes escapar porque es una auténtica delicia. Además, su presentación es muy bonita. A la que la lleves a la mesa, todo el mundo quedará gratamente sorprendido. Pasos esenciales Uno de los encantos de las quiches es conseguir que la masa quede doradita y crujiente. Si la base queda cruda o demasiado blanda, el plato perderá toda su gracia. Para conseguirlo, te recomendamos que hornees la masa previamente en blanco (es decir, sin el relleno) y con un papel de horno y unas legumbres secas encima. Con este gesto, conseguirás que quede perfecta y, de paso, ni se deformará ni se hinchará. Un truco facilísimo que utilizan los cocineros es pintar la base con clara de huevo batida justo después de hornearla. Así, con el calor, se forma una capa protectora que evita que la masa se humedezca. Respecto al relleno, bate los huevos primero con unas varillas manuales para que queden bien esponjosos y, luego, la nata líquida y el resto de ingredientes. En nuestro caso, hemos utilizado queso gorgonzola, nueces y rodajitas de calabacín. Procura que las rodajas sean de tamaño similar y lo más finas posibles. Una buena idea es usar una mandolina, pero, si no dispones de ella, también las puedes realizar con un cuchillo bien afilado. Para cualquier ocasión Perfectas para tomar en cualquier momento del día, tanto para comer, acompañadas con una ensalada, como para cenar, las quiches están muy ricas, frías, a temperatura ambiente o calientes. Además, como se pueden preparar con antelación y transportar sin problemas , también son ideales para llevar de picnic o a la oficina. Si nunca las has preparado, te animamos a empezar con esta de calabacín que te traemos hoy. Seguro que quedarás encantada y la harás en más de una ocasión. Ideas y variantes para la quiche de calabacín, gorgonzola y nueces El gorgonzola combina a la perfección con el calabacín y las nueces, pero también puedes probar con mascarpone, emmental, queso de cabra o Roquefort . Nosotros untamos el molde con un poquito de mantequilla y, luego, lo enharinamos, pero puedes forrarlo con una hoja de papel de horno . Puedes enriquecer esta quiche con unos daditos de jamón serrano . En este caso, ten cuidado a la hora de sazonar el relleno porque el jamón ya contiene sal. También puedes agregar jamón cocido, beicon, pechuga de pavo o unas tiritas de salmón ahumado . Respecto a las nueces, sustitúyelas por unos piñones o unas almendras cortadas en palitos. Para un extra de sabor, espolvorea unas hierbas aromáticas por encima de la tarta. El tomillo o el orégano quedarán la mar de bien. Para reducir calorías, en lugar de nata líquida, utiliza leche evaporada .