Antes de preparar la pescadilla asegúrate que los daditos que hemos cortados estén bien secos. Así, conseguirás que el rebozado se adhiera mejor a la carne y no absorba tanta grasa. Para que el pescado quede perfecto, pasa las piezas primero por harina , procurando que queden bien cubiertas, luego, sumérgelas en el huevo batido y, finalmente, rebózalas con el pan rallado . Y si quieres un resultado extracrujiente, sustituye este último ingrediente por cereales triturados. La presentación queda superoriginal, con unas rodajas de tomate y unos ajos laminados y dorados por encima.