Los pasteles de pescado siempre son una buena opción, sobre todo en estos días de estrés en la cocina. Son muy fáciles de realizar, quedan muy gustosos y, lo mejor, es que se pueden elaborar con antelación. Así, en el momento de llegar a la mesa, solo tienes que cortarlos en rodajas y servir. Además, se pueden preparar con cualquier pescado que te guste, como el salmón , el rape o la merluza , o, incluso, aprovechar los restos de un pescado asado o cocido que te haya sobrado en otra elaboración navideña. En esta ocasión te presentamos un pastel de lubina y gambas gratinado que hará las delicias de tus comensales. Ideal para servir en cualquier ocasión, tanto en un menú de fiesta como en una cena informal con los amigos, queda muy vistoso y tiene una textura y un sabor que es un auténtico espectáculo para el paladar. La clave: triturar parte de la masa Muy sencillo de realizar, a la hora de realizar este pastel hay algunos pasos que debes tener en cuenta. Por ejemplo, en el momento de elaborar la masa, es importante que pases una parte de ella por la batidora. Con este gesto conseguirás que el pastel tenga una textura fina y suave , pero mantenga algunos trocitos de pescado y gambas enteros. Así la experiencia gustativa será todavía más placentera. Por otro lado, durante la cocción al baño maría , es fundamental no cubrir el molde del todo con agua. Piensa que durante la cocción, al burbujear el agua, esta podría entrar en el molde y estropear el pastel. Si ves que se queda sin agua, agrega más, pero siempre caliente. Luego, una vez finalizada la cocción, solo te quedará dejar enfriar el pastel y desmoldarlo con cuidado. Nosotros lo gratinamos con una salsa rosa para que la superficie tenga un delicioso toque crujiente, pero también lo puedes dejar tal cual y presentar la salsa en un lado para que cada comensal se la ponga a su gusto. Ideas para el pastel de lubina y gambas gratinado Este pastel de pescado también se puede preparar en flaneras o moldes individuales , e incluso como relleno de tartaletas de aperitivo. En ambos casos, ajustar los tiempos de cocción. Puedes sustituir la salsa rosa por una bechamel clarita . Para que quede perfecta, acuérdate que debes dorar bien la harina con mantequilla hasta que quede de color avellana. Así la salsa ligará mejor y la harina no quedará cruda.