Ni de jamón, ni de bacalao. Así son las mejores croquetas de mi madre y de mi tía (y sus trucos para hacerlas)

Es un ingrediente de lo más básico, pero el resultado es sorprendente. Las croquetas se funden en la boca y... ¡no puedes comer solo una!

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

Las croquetas de mi madre y de mi tía
Cocina Fácil / RBA / Istock
40 min

5

(3 votos)

Técnica:

Fritura

Tipo Plato:

Aperitivos y tapas

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Mi madre y mi tía cocinan a dúo. Lo hacen desde hace muchos años, desde que las dos dirigían juntas la cocina del restaurante de mi familia. Y aunque cada una tiene su especialidad, cuando se trata de hacer croquetas se ponen las dos con las manos en la masa, nunca mejor dicho.

Mi tía cocina la masa, haciendo la bechamel y el relleno que toque (puede ser de pollo, de jamón y queso, de bacalao, de verduras, de langostinos y marisco o del ingrediente estrella de nuestra receta de hoy). Y luego, es mi madre la que les da forma y las reboza en pan rallado, dejándolas listas para ser fritas.

Pero mis preferidas por encima de todas las demás (que todas les quedan deliciosas, ¿eh?) son sin duda las croquetas del calçots. Los calçots son esas cebollas largas típicas de Catalunya, que se suelen preparar a la brasa y se comen con babero, mojadas en la salsa típica de calçots, que es muy parecida al romescu pero es un pelín distinta (tenemos la receta de la salsa para calçots de una de las chefs catalanas más prestigiosas, Carme Ruscalleda).

Cuando se ponen, hacen muchas croquetas. Yo siempre digo que se les quedaron las medidas de cuando cocinaban en el restaurante, pero en realidad creo que hacen muchas para poder repartirlas en tuppers a toda la familia.

A mí me las traen siempre congeladas (las congelan una vez las han rebozado en pan rallado, crudas) y luego, cuando quiero cocinarlas, las frío directamente sin descongelar. ¡Es un gustazo!

Ingredientes paraNi de jamón, ni de bacalao. Así son las mejores croquetas de mi madre y de mi tía (y sus trucos para hacerlas)

  • 200 gramos de cebolleta
  • 100 gramos de harina de trigo
  • 1 litro de leche
  • 100 gramos de mantequilla
  • Una pizca de nuez moscada
  • 2 huevos
  • Pan rallado
  • Pimienta negra
  • Sal
  • Aceite de oliva suave (para freír)

1. Pocha los calçots

Retira la base leñosa de los calçots y también la primera capa. Corta el extremo del tallo verde y pica el resto. Pon una sartén amplia al fuego con abundante aceite de oliva y pocha el calçot a fuego medio. No queremos que quede tostado, queremos que quede jugoso y tierno. Salpimienta a tu gusto. Cuando esté listo, cuela el contenido de la sartén, de modo que recuperes el aceite y el calçot quede en el colador, para que suelte el exceso de aceite.

2. Prepara la bechamel

Pon una sartén al fuego y agrega un par de cucharadas del aceite de sofreír la cebolleta. Incorpora la harina y remueve, cocinándola hasta que haya adquirido un tono tostado (para que no sepa a harina cruda). En este punto, incorpora la leche en un hilo mientras remueves la bechamel con unas varillas manuales. Sazona a tu gusto con sal y pimienta negra recién molida, añade un poco de nuez moscada y cocina la bechamel durante unos 5 minutos a fuego lento, removiendo constantemente, hasta que espese. Retira del fuego, dale un golpe de batidora para eliminar cualquier posible grumo y reserva.

3. Termina la masa

Ahora, mezcla los calçots escurridos con la bechamel y remueve bien para que se repartan. Espera a que la bechamel se enfríe un poco y añade dos huevos (cáscalos en un recipiente aparte, uno a uno, para evitar que te caigan trozos de cáscara en la bechamel). Remueve bien para que el huevo se integre en la masa. Mi tía lo hace con la mano, evidentemente con guante de cocina, pero si lo prefieres y te resulta más sencillo, puedes batir los huevos antes de añadirlos.

4. Deja enfriar la masa

Pon la masa en un recipiente, como una bandeja alargada, y cúbrela con film a piel. Déjala enfriar primero a temperatura ambiente y luego en la nevera. El frío hará que la masa esté más compacta y que sea más fácil dar forma a las croquetas.

5. Forma las croquetas

Cuando la masa esté bien fría, retira el recipiente de la nevera y ve cogiendo porciones de masa con una cuchara. Primero, bolea la masa entre las palmas de las manos y luego dales forma de rulo. Achata los extremos con los dedos y pasa las croquetas por pan rallado. Ve colocándolas en un plato o bandeja.

5. Fríe las croquetas

Por último, solo queda freír las croquetas. Pon una sartén amplia con abundante aceite al fuego. Si quieres, puedes usar el aceite de sofreír la cebolleta. Cuando el aceite esté caliente pero sin que llegue a humear, fríe las croquetas por tandas. No pongas muchas a la vez, o si no el aceite se enfriará y las croquetas quedarán aceitosas y pueden abrirse. Una vez estén doradas por los dos lados, retíralas con cuidado y ponlas sobre un plato con papel absorbente para que este absorba el exceso de grasa de la fritura.

Los trucos para preparar estas croquetas

  • Primero pochan los calçots. "Puedes aprovechar bastante la parte del tallo verde, que tiene mucho sabor. Eso sí, limpia bien los calçots, porque suelen tener bastante tierra entre las capas". Tiene que pocharse primero en bastante aceite, a fuego lento (queremos que quede tierno, con poco aceite y fuego fuerte se podría quemar) y luego hay que dejarlo escurrir muy bien para que las croquetas no queden aceitosas.
  • Aprovechan un poco del aceite de freír los calçots para hacer la bechamel, "así las croquetas tienen aún más sabor".
  • Tuestan la harina en ese aceite, para que pierda el sabor a crudo. "Yo mezclo varias harinas, por ejemplo harina de arroz y harina de garbanzo, con la harina de trigo normal".
  • Añaden la leche caliente. "Así la elaboración es más rápida y salen menos grumos. Aunque siempre le doy un golpe de batidora a la bechamel, para que quede aún más fina".
  • Si la bechamel les queda un poco demasiado líquida, agregan un poco de maicena. "Da cuerpo a la masa y puedes añadirla en crudo, sin tostarla, porque no tiene sabor a harina". "Pero no te pases, solo un poquito será suficiente, porque la maicena espesa más y no queremos que las croquetas queden duras como ladrillos".
  • Justo antes de batir la bechamel, añaden un huevo a la masa. "Hace que quede más melosa, y luego solo tienes que pasar las croquetas por pan rallado, no hace falta el huevo batido". 
  • Dejan enfriar la masa cubierta con film a piel. "Es muy importante para que no se forme una costra en la masa".
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