A veces, uno se levanta con ganas de darse un pequeño capricho, pero sin tener que liarse demasiado en la cocina. Pues esta receta de lazos de hojaldre con almendras es justo lo que necesitas , perfecta para esos días en los que quieres darte un homenaje sin despeinarte. Es tan fácil que parece un truco de magia y el resultado es tan bueno que cuando lo pruebes no te vas a creer que lo has hecho tú. Siempre he pensado que no hay nada como un hojaldre bien crujiente, y si encima le añades un toque de frutos secos y un glaseado dulce, la combinación se vuelve irresistible. Es de esas recetas que sacas cuando tienes invitados y te hace quedar como un auténtico chef, aunque en realidad apenas hayas dedicado más de 10 minutos de preparación. En definitiva, esta receta es una maravilla. Si tienes un evento especial en casa y quieres quedar bien sin estar en la cocina hasta el último momento, estos lazos son una excelente opción. Los puedes hacer por la mañana o incluso el día anterior, y quedarán perfectos. El hojaldre crujiente aguanta muy bien el paso de las horas, y el glaseado le da ese toque de frescura que hará que nadie note que no los has hecho en el momento. Eso sí, procura guardarlos en un recipiente hermético para que no se reblandezcan. Estos lazos de hojaldre son de esas recetas que puedes adaptar según lo que tengas en la despensa o según lo que te apetezca. Si no tienes almendras, prueba con avellanas o nueces. Si buscas un toque festivo añade una pizca de canela al azúcar glas del glaseado y verás cómo cambia el aroma. También puedes ponerles un toque de chocolate rallado antes de hornearlos, siempre es buena idea. Lo bueno de este postre es que, además de ser rápido y sencillo, es perfecto para acompañar un buen café o chocolate caliente, una sobremesa de domingo o incluso para llevártelos de pícnic. Además, son bastante ligeros. Esta receta es una de esas que te salvan en más de una ocasión. Tienes invitados inesperados, te apetece un capricho o simplemente quieres probar algo nuevo sin complicarte. Además, como siempre digo, lo casero tiene ese algo especial que no te da lo comprado. Estos lazos son un ejemplo perfecto de cómo con ingredientes sencillos y poco esfuerzo puedes crear algo que parece mucho más elaborado de lo que realmente es.