Las gambas al ajillo son un plato tradicional de nuestro país que suele preparase en días festivos y presentarse como entrante o aperitivo. Con unas gambas frescas de buena calidad el resultado es extraordinario y el proceso facilísimo de hacer. Solo tenemos que controlar el punto de cocción de las gambas para que no queden resecas . Hay muchas formas de preparar las gambas al ajillo, para nuestra receta hemos utilizado gambones con un tamaño más bien grande y una carne jugosa para presentar en porciones individuales. Puedes usar también gamba roja o blanca, aunque los gambones son más económicos y también quedan deliciosos. Trucos para cocinar gambas al ajillo: Si te gusta mucho el picante, corta las guindillas en trozos pequeños antes de añadirlas al aceite. Al esparcir las semillas conseguirás un sabor mucho más picante e intenso. Si, por el contrario, no te gusta demasiado el picante , puedes prescindir de las guindillas y usar solo los ajos laminados. No tires las cabezas y las pieles de las gambas , con ellas puedes preparar un fumet (caldo de pescado o marisco) riquísimo que puedes congelar y usar para hacer un arroz marinero o muchas otras recetas. Lo ideal es usar gambas frescas, pero si las usas congeladas asegúrate de sacarlas del congelador el día anterior y dejarlas en el frigorífico para que se vayan descongelando poco a poco y soltando el agua, lo mejor es que estén sobre una pequeña rejilla con un plato debajo. Si usas gambas pequeñas puedes echarlas todas a la vez en la sartén y apagar el fuego para que se cocinen solo con el calor residual del aceite que estará muy caliente. Si son grandes como las nuestras tienes que dorarlas unos segundos por cada lado para que no queden crudas. En unos minutos estará listo, pero también puedes prepararlo el día anterior y que repose a temperatura ambiente toda la noche. Antes de comer solo tendrás que pelar y limpiar las gambas, calentar el aceite y dorarlas en él. Si quieres descubrir otras recetas fáciles para preparar gambas, no te pierdas estas: