Los fideos de arroz son un ingrediente que deberías tener siempre en tu despensa. Típicos de la cocina oriental (de hecho, se conocen también como fideos chinos), se cocinan en 5 minutos y pueden servirte para improvisar una cena o una comida rápida. Simplemente añadiendo las verduras que tengas por casa ya conseguirás un estupendo entrante. Pero si, además, incorporas algún alimento rico en proteínas (como los gambones de la receta, aunque también puedes optar por un huevo poché, pollo asado, lomo...) ya tendrás un plato único buenísimo y que estará listo en un momento. Una de las grandes ventajas de este plato es que, además de rápido , es muy ligero y digestivo. Los fideos de arroz no contienen gluten y tienen una textura suave, lo que los hace perfectos para cualquier tipo de dieta . Si nunca has cocinado con fideos de arroz, debes saber que su preparación es extremadamente sencilla . A diferencia de la pasta tradicional, no necesitan hervirse en agua. Basta con dejarlos en remojo en agua caliente unos minutos y estarán listos para usar. En el vídeo te mostramos cómo prepararlo, pero si quieres tener más a mano la receta, aquí la tienes: Trucos para que el salteado quede espectacular El secreto de esta sencilla receta está en los tiempos de cocción. No saltees las verduras en exceso. Si lo haces, además de perder esa textura al dente tan apetitosa, se oscurecerán , por lo que el plato no será tan vistoso ni apetitoso. Tampoco cuezas demasiado los fideos de arroz. Se acabarían rompiendo y quedarían excesivamente blandos. El agua debe estar caliente, pero no hirviendo, y debes sacarlos justo cuando pasen 5 minutos. Escúrrelos luego bien para que no se hagan de más. Para que los gambones queden más jugosos , te recomendamos saltearlos a fuego muy alto durante unos segundos y retirarlos rápidamente. Así evitarás que se sequen y quedarán en su punto perfecto. Si quieres un toque extra de sabor, puedes a ñadir unas gotas de aceite de sésamo justo al final del salteado. También puedes espolvorear un poco de sésamo tostado o cacahuetes triturados por encima. Si te gusta el toque picante pero no quieres que sea demasiado intenso, puedes sustituir el chile rojo por un poco de pasta de miso picante o añadir una pizca de pimentón ahumado.