Freír en aceite (sobre todo de oliva) es una de las técnicas de cocina más consumidas en España desde hace décadas.
En todos los hogares hemos visto dorarse esas irresistibles y crujientes patatas, croquetas, empanadillas, el pollo empanado, el pescado y muchas otras elaboraciones para las que es necesario utilizar una cantidad considerable de aceite.
Pero, ¿qué suele suceder cuando freímos en casa? El aceite, en la mayoría de las ocasiones, se va "ensuciando" si le quedan restos de los anteriores fritos o rebozados. Un problema que puede estropear el sabor de los siguientes ingredientes que vayamos a cocinar.
Freír con aceite de oliva es lo mejor
El aceite de oliva es el más adecuado para freír, porque resiste muy bien las altas temperaturas sin degradarse. Si es virgen extra, aún mejor, pero si no quieres que domine tanto, usa aceite de oliva suave. Puedes emplear otros aceites vegetales, como el de girasol, pero tus fritos no tendrán la misma textura ni el mismo sabor.
Hay que usar aceite nuevo siempre que sea posible. Reutilizar el sobrante de otras frituras no es lo más recomendable, pero sí puede hacerse si el aceite es de oliva virgen y solo si lo has usado un par de veces. Antes de volver a utilizarlo, asegúrate de que no se ha oscurecido, señal de que se encuentra en buen estado, y está limpio (fíltralo después de cada fritura para eliminar todas las impurezas).
No hay que mezclar nunca aceites distintos, porque cada uno tiene propiedades y temperaturas diferentes, ni aceites nuevos con usados, aunque sean del mismo tipo. Si lo haces solo conseguirás arruinar la comida.
Aunque ahora que el precio del aceite de oliva está por las nubes, alargar su vida útil es una buena idea, y nada como aprender de nuestras abuelas y tomar nota de los trucos más utilizados y efectivos generación tras generación.
Trucos para mantener el aceite de freír limpio
1. Un trozo de pan
¿Sabías que la miga del pan es un gran absorbente de toda clase de líquidos? Pues sí. En aceite de freír, funciona como una especie de imán y atrapa las impurezas del mismo. De esta manera puedes seguir friendo sin cambiar el aceite. Al terminar, verás que la rebanada de pan que hayas utilizado queda prácticamente negra.
2. Cáscaras de huevo
Otro truco de la abuela es añadir a la fritura dos cáscaras de huevo. Con esto evitarás que el aceite se queme y que haga espuma, lo que lo ensucia casi por completo. Para incorporarla a la sartén, debes limpiarla y secarla muy bien.
3. Cáscara de limón
Incorpora en tu aceite de freír ya en la sartén un trozo de piel de limón. Cuando coja color dorado, debes retirarla. Verás que el cítrico permite que el sabor del aceite no se altere, sobre todo cuando estamos cocinando pescado.
4. Una patata
Con un trocito de patata pelada y realizar el proceso de la cáscara de limón para evitar que el aceite se impregne del sabor de los alimentos que estás cocinando y puedas volver a reutilizarlo.