Con una hamburguesa, con un filete de ternera o una pechuga de pollo a la plancha, con croquetas, con pescados... ¡las patatas fritas quedan bien con todo! Y es que, unas buenas patatas fritas, crujientes por fuera y tiernas por dentro, son un bocado delicioso.
A ver, lo ideal para hacer unas patatas fritas de lujo es utilizar patatas crudas y freírlas como hacen los grandes chefs (no te pierdas los trucos maestros de Dani García, Martín Berasategui, Jordi Cruz y Alberto Chicote). Pero no siempre tenemos patatas en la despensa, o tiempo para pelarlas, cortarlas...
Por eso yo siempre tengo un paquete de patatas fritas congeladas, para poder pasar directamente a la fritura en cualquier momento.
Para conseguir freír las patatas congeladas y que te queden perfectas solo tienes que seguir a rajatabla los 5 pasos que te propongo desde Cocina Fácil:
1. No seas tacaño con el aceite ni con la temperatura
Necesitamos aceite suficiente como para que las patatas se frían en 3 cm de profundidad y el aceite deberá estar a 180ºC de temperatura.
2. Seca bien las patatas
Antes de freírlas pásales un paño limpio o un papel absorbente. Así evitarás que el aceite te salpique y al quitar parte de la humedad te quedarán muy crujientes.
3. Fríelas por tandas
Si echas demasiadas patatas congeladas a la vez bajará de golpe la temperatura del aceite, las patatas pueden quedar demasiado blandas y perder el crujiente. Freír en puñaditos pequeños te garantiza el crujiente y dorado exterior.
4. No las muevas demasiado
Lo mejor, para buscar un buen dorado exterior es cocinar en el aceite caliente durante unos minutos y voltearlas luego una sola vez.
5. Escúrrelas y después sálalas
Colócalas primero sobre un papel absorbente para que escurran el exceso de grasa y después, cuándo aun estén calientes, espolvorea con sal al gusto. Si lo haces al revés la sal se fundirá en el aceite y destruirá la textura crujiente de la patata.
Las patatas fritas son una delicia que encanta a todos
Son muy rápidas de preparar, lo que las convierte en una opción excelente para comidas y cenas improvisadas, nos sirven tanto para un caprichito como para acompañar cualquier plato, desde hamburguesas y filetes hasta pescados rebozados.
El origen de las patatas fritas
La gastronomía a veces tiene golpes de ingenio y crea delicatessen tan sencillas y accesibles como las patatas fritas. Cuando los belgas las inventaron allá por el siglo XVII, pocos imaginaban que este delicioso pecado daría la vuelta al mundo convirtiéndose en el bocado salado más deseado.
Si aquello parecía impensable, cuando hace 200 años el señor Birdseye inventó el congelado, la historia dio una vuelta de tuerca permitiéndonos disfrutar de este maravilloso manjar en pocos minutos y en cualquier lugar.
Los productos ultracongelados, como estas patatas, son una maravilla moderna que nos permite disfrutar de alimentos frescos y de calidad sin preocuparte por su conservación. Aprovecha esta oferta en los supermercados Lidl y con sencillos pasos disfruta de las mejores patatas fritas de este verano.