La receta del pollo al ajillo como lo hacía mi abuela (con vídeo)

El pollo al ajillo es un plato fácil y barato que, una vez aprendes a hacer, repites porque nunca te cansas de él. Una de esas recetas que, con ingredientes muy básicos, te hacen disfrutar en la mesa.

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

Cargando vídeo: Pollo al ajillo

Cocina Fácil / RBA / Emma García

Pollo al ajillo
Cocina Fácil / RBA / Emma García

Tostadito pero jugoso. Así debe quedar el pollo al ajillo, una de las recetas más clásicas de la gastronomía española que siempre es un buen comodín para preparar entre semana o, por qué no, un sábado o un domingo.

Pollo al ajillo
Istock

Como en tantas otras recetas, cada maestrillo tiene su librillo para prepararla. Pero yo quiero contarte cómo lo preparaba mi abuela y cómo sigo cocinándolo yo. Es una receta fácil y barata, para la que necesitas poquísimos ingredientes. ¿Quién no tiene un poco de pollo, unos ajos y caldo de pollo en la despensa? Aunque sea de tetrabrick, también funciona. Pero si te apetece hacerlo en casa, mira en en esta receta de consomé.

Mi abuela cortaba el pollo a octavos, así que cada trocito tenía su correspondiente hueso que todos en casa nos afanábamos en mordisquear (casi roer diría yo) para no dejar ni una brizna de carne. Pero también puedes prepararlo con pechugas o, aún mejor, con contramuslos deshuesados, que quedarán más jugosos (la pechuga suele quedar algo más seca).

Pollo al ajillo de mi abuela
Para 4 personas
Ingredientes
  • 1 pollo cortado a octavos (o 4 pechugas de pollo o 4 contramuslos deshuesados)
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 limón
  • 250 mililitros de caldo de pollo
  • Harina de trigo
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva
Paso a paso
  1. Aromatiza el aceite

    Vierte un buen chorro de aceite de oliva en una cazuela. Extrae los dientes de ajo y cháfalos con la hoja de un cuchillo ancho, sin pelarlos. Añádelos al aceite y confítalos, a fuego lento, durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se quemen. Retira los ajos y resérvalos.

  2. Salpimienta y enharina el pollo

    Retira los posibles restos de grasa y la piel del pollo. Salpimiéntalo a tu gusto y enharínalo.

  3. Fríelo en el mismo aceite

    Sube el fuego y fríe el pollo, por tandas, hasta que quede bien doradito por todos los lados.

  4. Retira un poco de aceite

    Deja solo un fondo de aceite en la cazuela, pon el pollo dentro y riega con el zumo de 1/2 limón y un poquito de caldo. Cocina, destapado, hasta que el caldo se haya reducido.

  5. Añade un par de ajos

    Extrae la pulpa de dos dientes de ajo, aplástalos y añádelos a la cazuela, removiendo para que se repartan bien en la salsa.

  6. Emplata y sirve

    Pon el pollo con la salsita resultante en una fuente o en platos individuales y sirve enseguida, bien caliente.

Lo bueno de esta receta de pollo al ajillo es que ensuciarás solo una cazuela, porque todo se cocina en el mismo recipiente. Y luego, podrás incluso llevarlo a la mesa en la propia cazuela, así que ¡todo son ventajas!

El pollo es una carne ligera que aporta pocas calorías, así que si estás a dieta, esta es una buena receta (y muy sabrosa) para ti. Eso sí, el juguito que queda después de cocinar el pollo... vale la pena mojar un poquito de pan, ya verás qué cosa más rica.

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Trucos para preparar el pollo al ajillo:

  • Si el ajo te repite mucho o quieres que su sabor sea más sutil, puedes no añadir la pulpa de los ajos (paso 5).
  • Acompaña este pollo al ajillo con unas patatas asadas al horno. Pollo y patatas forman un dúo ideal.
  • También el arroz blanco es un buen acompañamiento para el pollo al ajillo. Mezclado con la salsita está para chuparse los dedos.
  • Si la salsa te ha quedado demasiado líquida, puedes espesarla añadiendo 1/2 cucharada de maicena diluida en un poco de caldo templado.
  • Si quieres otras formas de preparar el pollo al ajillo, míralo presentado en hojaldre o con un toque de limón.