En discos: desde que descubrí esta sorprendente forma de conservar mi salsa de tomate ya nunca la desperdicio y siempre la tengo lista

Gracias a esta idea genial, podrás aprovechar los restos de salsa de tomate hasta la última gota y usarlos en cualquier receta.

Rosa Mestres
Rosa Mestres

Periodista especializada en gastronomía

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Cocina fácil / RBA / Belén Casal del Castillo

Truco para conservar la salsa de tomate en discos
Cocina fácil / RBA / Belén Casal del Castillo

Yo siempre tengo un par de tarros de salsa de tomate concentrado en la despensa. Y es que es un producto que siempre me saca de cualquier apuro. Perfecto para acompañar un arroz a la cubana cuando viene algún comensal de improviso y tengo que preparar algo rápido, la salsa de tomate también me sirve para acompañar cualquier plato de pasta, para esparcir sobre una pizza o para preparar una salsa como la boloñesa. Y es que solo hay que abrir el tarro y empezar a usar su contenido.

Pero, en ocasiones (supongo que a vosotras también os pasa), solo utilizo la mitad del envase y esa parte acaba guardada en la nevera para otra elaboración. Lo malo es que, muchas veces, cuando me doy cuenta ya han pasado varios días y la tengo que tirar. ¡Con lo poco que a mí me gusta hacer esto!

El otro día, navegando por Internet, descubrí un truco fabuloso que me ha resuelto, de una vez por todas, este problema: congelar la salsa de tomate en discos. ¿En discos?, te preguntarás. Pues sí, la idea es tan fácil y rápida que, en cuanto te la cuente, seguro que tú también la vas a poner en práctica cada vez que te sobre un poco de salsa de tomate.

Para realizar este truco solo necesitarás unas hojas de papel de horno cortadas en cuadrados, una cuchara de helado y, evidentemente la salsa de tomate.

Coloca un cuadrado de papel sobre el mármol de la cocina o cualquier superficie de trabajo, coge una porción de tomate con la cuchara de helado y colócala en el centro del papel. Luego, aplástala con la ayuda de un vaso o cualquier tipo de recipiente y pon otro papel encima.

Ve haciendo capas de salsa de tomate y de papel hasta que acabes con todo el tomate. Una vez tengas las capas formadas, colócalas en una bolsa hermética y guárdalas en el congelador hasta el momento de servir. Ya lo ves, es sencillísimo. Con este método la salsa de tomate aguantará sin problemas 6 meses. Eso sí, para saber cuándo preparaste los discos, lo mejor es que pongas la fecha en la bolsa.

Más tarde, cuando necesites un poco de salsa de tomate, solo tendrás que coger las capas que quieras y descongelar.

Prepara tu propia salsa de tomate casera

También puedes usar este truco para congelar tu salsa de tomate casera cuando haces más cantidad de la cuenta. Para hacerla, tan solo tienes que pelar 1 kilogramo de tomates (bien maduros y carnosos) y rallarlos o triturarlos en el robot de cocina. Colócalos en una sartén con aceite, a fuego medio y ve pochándolos lentamente, removiendo a menudo con una cuchara de madera. Agrega un poco de sal y una pizca de azúcar, y sigue cocinando la salsa unos 17 minutos, a fuego medio-bajo, y con la sartén tapada.

Cuando tenga la consistencia deseada, retira la salsa del fuego y espera a que se enfríe. Pasa la salsa de tomate por un colador chino para eliminar restos de pieles o pepitas.

Ideas para utilizar la salsa de tomate

  • Tortillas rellenas de fiambre de pavo y queso en salsa de tomate. Elaborar esta receta es tan sencillo que incluso las personas con poca experiencia en la cocina saldrán airosas. Cuaja unas tortillas de huevo y acelgas, coloca una loncha de pavo y queso fundente sobre cada una y forma los rollitos. Luego, colócalos en una fuente con la salsa de tomate casera y hornéalos solo 5 minutos.  
  • Albóndigas de berenjena con tomate. Una receta facilísima que puedes servir tanto en una comida de diario como en una celebración. Para realizarla, mezcla la pulpa asada de la berenjena con ajo, perejil picado, queso rallado, huevo, sal y pimienta. Forma bolitas y, luego, fríelas. Sírvelas sobre una salsa de tomate.
  • Solomillo braseado con salsa de tomate y vino. Perfecto para servir en una comida especial, este solomillo se prepara en una cazuela, sin necesidad de horno. Lleva cebolla, ajos, vino, caldo de carne y hierbas aromáticas. Antes de servir, se acompaña con cintas de pasta y una salsita de tomate picante.
  • Rollo de carne picada de ternera con salsa de tomate. Una receta muy fácil y resultona con la que vas a quedar muy bien si tienes una gran comida familiar. Además, lo bueno, es que la puedes hacer con antelación.