7 errores que estropean tu salsa de tomate casera y que debes dejar de hacer YA

La salsa de tomate es probablemente una de las más utilizadas en nuestra cocina. Olvídate de comprarla hecha y elabórala en casa evitando cometer estos 7 errores tan comunes

Marina Blanco, colaboradora de Cocina Fácil
Marina Blanco

Experta en cocina

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El tomate es uno de los alimentos que forman parte de la dieta mediterránea y como tal, viene a ser la base de numerosos platos de la gastronomía tradicional, de los platos de siempre que cocinaban nuestras abuelas. Además años atrás, cuando verdaderamente se comían productos de temporada, a la llegada de la época del tomate no había más remedio que hacer salsa para poder conservarlo el mayor tiempo posible y también para tener la posibilidad de tenerlo disponible prácticamente todo el año. ¿Te gustaría hacer tu propia salsa de tomate casera? Estos son lo 7 errores que debes evitar:

1. Elegir el tomate inapropiado

La base del éxito de toda receta son los ingredientes además de la técnica que mejor vaya con cada uno. En el caso de la salsa de tomate, es fundamental la elección de unos buenos tomates que estén maduros y bien carnosos. Un tomate pera de piel fina, carnoso y de pocas semillas será el ideal para nuestra salsa de tomate. Recuerda que si el tomate es de temporada y está en su punto justo de maduración, no tendrás que añadirle azúcar a la salsa.

2. Agregar el tomate al sofrito sin pelar y con las semillas

La mejor forma de agregar los tomates es pelados, y claro, retirando el tallo y las semillas. Para facilitar la tarea, tras hacer eliminado el tallo, tendremos que escaldarlos. Lo único que tendrás que hacer es una marca superficial en forma de x en la base de los tomates con ayuda de un cuchillo con la punta bien afilada. Después introdúcelos 30 segundos en agua hirviendo y retíralos inmediatamente sumergiéndolos en agua con hielo. Verás qué fácil te resulta pelarlos. Extraer las semillas es tan sencillo como apretarlos un poco con los dedos.

3. Cortar el tomate de forma irregular

Como ocurre al hacer crema de verduras, los tomates deben cortarse del mismo tamaño para que se cocinen de forma homogénea. Ten en cuenta que tendrás que cortar finamente y en daditos la cebolla y el ajo para hacer el sofrito base. Ya que el tamaño de los tomates pera es más bien pequeño, bastará con que los cortes en 4 trozos iguales. Si lo prefieres, también puedes agregar los tomates a la salsa rallados.

4. Cocinar incorrectamente el sofrito

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Lo primero será cortar finamente la cebolla y el ajo, empezar rehogando la cebolla al menos 5 minutos a fuego vivo en una cazuela con 3 cucharadas de aceite de oliva, y después, agregar los ajos para dorarlos ligeramente en la misma cazuela. Entonces podrás agregar el tomate, sal al gusto y claro, hierbas aromáticas, y cocinar un par de minutos a fuego vivo.

5. Cocer la salsa a fuego vivo

Cuando ya tengas cocinado el sofrito, es de vital importancia que controles el fuego. La clave para que te quede una buena salsa de tomate consiste en ir removiendo de vez en cuando mientras se cocina a fuego lento al menos 30 minutos. Recuerda que debe estar tapada al principio, así conseguirás 2 cosas: que el agua no se evapore rápidamente y que la salsa no salpique toda tu cocina. Pasados 20 minutos y con el fuego al mínimo, puedes terminar la cocción con la cazuela destapada para que la salsa vaya reduciendo y quede de consistencia más espesa.

6. Utilizar la batidora para triturar la salsa

Si has seguido todos los pasos al pie de la letra, no necesitarás refinar la salsa, ya que habrá quedado con la textura ideal. De todos modos, si aun así la prefieres más fina, lo mejor será pasarla por el pasapurés para que conserve ese color rojo brillante tan característico de la salsa de tomate. Si por el contrario utilizas una batidora eléctrica, el color de la salsa cambiará a una tonalidad más clara.

7. No conservar el tomate en perfectas condiciones

Si has hecho bastante cantidad de salsa de tomate y te ha sobrado, siempre puedes conservarla, así la tendrás disponible cuando vuelvas a necesitarla. No olvides esterilizar los tarros de cristal antes de hacerlo, y recuerda que sean recipientes de vidrio grueso que aguanten bien las altas temperaturas. Una vez rellenos y cerrados herméticamente, no olvides que debes cubrirlos de agua para volver a cocerlos al baño maría durante al menos 30 minutos.