Cena fácil y ligera: zarangollo murciano, el revuelto de calabacín receta de la abuela (versionada con puerro y boniato)

Esta apetitosa versión del clásico zarangollo murciano, con puerros y boniatos, te va a sorprender gratamente. No te la pierdas.

Cristina Alvarez, directora de Cocina Fácil
Cristina Alvarez

Directora de Cocina Fácil y periodista especializada en gastronomía

Zarangollo murciano con puerro y boniato

Prueba este zarangollo murciano con puerro y boniato.

COCINA FÁCIL / RBA / ANA GARCÍA
4 personas
50 min

4

(3 votos)

Dieta:

Mediterránea

Vegetariana

Temporada:

Todo el año

Técnica:

Salteado

Tipo Plato:

Segundos platos y platos principales

Primeros platos y entrantes

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Sin gluten

Sencillo y de origen humilde, el zarangollo es, sin lugar a dudas, uno de los platos más populares de la cocina murciana. Ligado al trabajo en el campo y a los productos de la huerta, es de esas recetas, con sabor a tradición, que, gracias a las abuelas, ha ido pasado de generación en generación hasta llegar a nuestros días. Elaborado habitualmente con cebolla, calabacín y huevo, aunque en cada casa se hace una versión particular, hoy lo enriquecemos con boniatos y puerro. Dos ingredientes que le aportarán todavía más sabor y que lo convertirán en una auténtica maravilla. ¿Quieres saber cómo se prepara?

Si quieres deleitar a los tuyos con otras recetas murcianas, fíjate en nuestra olla gitana al estilo tradicional, en el caldero murciano con dorada o en el pollo guisado con pelotas, un clásico de Murcia. Anímate a probarlas y conquistarán tu paladar.

Ingredientes paraCena fácil y ligera: zarangollo murciano, el revuelto de calabacín receta de la abuela (versionada con puerro y boniato)

  • 3 calabacines
  • 1 cebolla grande
  • 1 puerro grande
  • 1 boniato mediano
  • 4 huevos
  • aceite de oliva
  • 1 Cucharadita de sal
  • 1 Cucharadita de pimienta negra
  • 1 Cucharadita de ajo en polvo

1. Pocha la cebolla

Pela la cebolla y córtala en juliana. Lava el puerro, retirando las raíces y las partes duras y pícalo en trozos pequeños. Calienta una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva y pocha ambas verduras, muy despacio y con cuidado de que no se quemen.

2. Corta el calabacín

Lava el calabacín, sécalo bien con papel de cocina y córtalo (pelado o sin pelar) en rodajas finas. Lava también el boniato, sécalo y córtalo en daditos pequeños (de 1 cm). Introduce en la sarten, remueve bien con una espátula de silicona y mantén a fuego lento. Cuando el boniato esté tierno (que se pueda atravesar con un tenedor), agrega la sal, la pimienta y el ajo.

2. Corta el calabacín

3. Agrega los huevos

Después, casca los huevos directamente encima de la sartén y remueve suavemente (siempre a fuego bajo) para que se vayan cuajando. Deja reposar unos minutos y sirve.

El truco

Sabías que... El calabacín es una cucurbitácea rica en potasio, por lo que se trata de una verdura que resulta especialmente importante para la salud cardiovascular y también para la regulación de la tensión arterial.

La clave: cocinar sin prisas

Ideal para servir como entrante o tapita de domingo, el zarangollo queda perfecto como guarnición de cualquier carne o pescado a la parrilla. Para realizarlo, cocina primero la cebolla con el puerro, muy lentamente, para que no se quemen, pero queden bien pochaditos. No tengas prisa en realizar este paso ya que, la cebolla, si queda bien caramelizada, aportará al plato un sabor delicioso. Este es uno de los secretos de la receta. Luego, agrega el calabacín cortado en rodajas finas y el boniato en daditos.

El calabacín se puede agregar pelado, pero nosotros te recomendamos que lo cocines con la piel. Además de aportar más color al plato, conservará todas sus beneficiosas propiedades. Eso sí, antes, lávalo bien bajo el agua del grifo para eliminar restos de tierra o posibles gérmenes que pueda tener.

Sigue cociendo lentamente y, cuando el boniato esté cocido, pero todavía firme, agrega los huevos a la sartén y remueve, muy suavemente y a fuego bajo. El encanto de este plato es que los huevos cuajen, poco a poco, hasta que queden muy melosos, sin llegar a formar un revuelto o una tortilla.

Un apunte: para un resultado espectacular, procura que los huevos sean de gallinas camperas, que hayan picoteado por el campo. Notarás la diferencia.

Una vez hecho el zarangollo, déjalo reposar unos minutos para que todos los ingredientes se asienten y llévalo a la mesa acompañado con unas rebanadas de pan tostadito. Lo puedes servir tanto caliente como frío. De las dos maneras estará exquisito.

Ideas y variantes para el zarangollo murciano con puerro y boniato

  • A la hora de comprar los calabacines, escoge unos ejemplares que tengan la piel brillante y lisa, sin manchas. Al tacto deben ser firmes y resultar pesados. Si son demasiado livianos en relación con su tamaño, puede que hayan perdido humedad y estén un poco secos.
  • Otra variante del zarangollo murciano y que también queda muy sabrosa, es cocinarlo con patatas. Córtalas en daditos o en discos finos.
  • Aunque no es común, también puedes agregar unos hierbas aromáticas frescas. Prueba con cebollino, tomillo o, incluso, albahaca.
  • Si lo vas a comer de cena ligera, puedes servirlo con una refrescante ensalada de tomate.
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