Castagnole, los buñuelos dulces italianos de Carnaval que tienen cinco nombres, receta de la abuela

Las castagnole tienen diferentes nombres según la zona de Italia donde los hacen. Son bocaditos dulces fritos, están brutalmente buenos y te contamos cómo hacerlos en casa.

 Virginia Serrano
Virginia Serrano

Periodista especializada en gastronomía

Castagnole italianos
Istock
4 personas
40 min

5

(2 votos)

Temporada:

Semana Santa

Todo el año

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

En el norte de Italia les llaman favette; en Nápoles, strufoli o zepole; en Lombardía, tortelli dolci... pero en resumen, las castagnole, las llamen como las llamen y las hagan donde las hagan, siguen una receta similar. Se trata de pequeñas bolas de masa fritas y azucaradas que se suelen consumir durante los carnavales.

Si tuviera que encontrar un símil de las castagnole en el recetario español, diría que son un híbrido entre nuestros tradicionales buñuelos (por su forma) y las rosquillas por su sabor y textura. Y es que la masa lleva zumo de naranja y ralladura de naranja también, además de un poco de canela en polvo, ingredientes habituales de los postres fritos de Carnaval.

El truco para que las castagnole queden bien hechas en el interior es hacerlas de pequeño tamaño. Son bolitas de apenas unos 2 centímetros de diámetro, y en sus diminutas proporciones reside parte de su encanto: ¡no puedes comer solo una!

Después de freírlas en abundante aceite de oliva hay que dejarlas escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa, se rebozan en azúcar cuando aún están calientes, así el azúcar queda adherido en su superficie.

Ingredientes paraCastagnole, los buñuelos dulces italianos de Carnaval que tienen cinco nombres, receta de la abuela

  • 500 gramos de harina de trigo
  • 150 gramos de azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 2 cucharaditas de canela en polvo
  • 2 cucharaditas de levadura en polvo
  • 2 huevos
  • 50 mililitros de leche
  • 50 mililitros de aceite vegetal
  • 50 mililitros de zumo de naranja
  • Aceite para freír

1. Prepara la masa

En un cuenco amplio para que luego puedas trabajar bien la masa, pon los ingredientes secos: la harina, el azúcar, la levadura en polvo, una pizca de sal, la canela en polvo y la ralladura de naranja. Mezcla todos estos ingredientes con varillas manuales.

2. Añade los líquidos

Una vez tengas bien mezclados los ingredientes sólidos, toca añadir los líquidos. Primero, agrega los huevos y luego, la leche, el aceite de girasol y el zumo de naranja, idealmente recién exprimido y colado. Integra todos los ingredientes trabajándolos con los dedos, hasta que se forme una masa homogénea y similar a la de unas rosquillas tradicionales.

3. Trocea la masa

Da a la masa obtenida una forma de bola y córtala en porciones del tamaño de una patata mediana. Hazlas rodar sobre la encimera de trabajo, limpia y enharinada, hasta conseguir un rulo de 1 centímetro de grosor. Luego, corta este rulo en porciones de 1 centímetro de ancho. Haz rodar cada porción de masa entre las palmas de las manos para darles forma de bolita.

4. Fríe las castagnole

Pon al fuego una sartén con abundante aceite vegetal y caliéntalo (sin que llegue a humear). Ve friendo las bolitas o castagnole por tandas, dándoles la vuelta con una espumadera para que se tuesten por todos los lados. Cuando estén bien doradas, retíralas del aceite y déjalas escurrir unos segundos sobre papel absorbente.

5. Azucarea las castagnole

Pon abundante azúcar blanquilla en un bol y pon las castagnole ya escurridas, pero aún calientes, sobre el azúcar. Remueve para que se rebocen bien por todos los lados y ya estarán listas. Si lo prefieres, puedes espolvorearlas con azúcar glas.

Como ves, los ingredientes utilizados para preparar castagnole son los habituales de los postres de la abuela fritos: harina, azúcar, huevos, leche, aceite y cítricos. Solo que la manera de prepararlos es ligeramente distinta. 

La masa obtenida al mezclar los ingredientes se asemeja mucho a la de las rosquillas, pero las porciones de masa se bolean entre las manos para darles la forma de bolitas tan característica de este dulce italiano.

Si quieres reducir el aporte calórico de este postre, puedes cocinar las castagnole en el horno o incluso en la freidora de aire. Solo que, justo por no tener aceite en la superficie, te aconsejamos que las espolvorees con azúcar glas. El azúcar blanquilla no quedará adherido si no están fritas.

¿Con qué acompañar las castagnole italianas?

Aunque no necesitan ninguna compañía, porque las castagnole están buenísimas solas, puedes servirlas con un buen café o un té y, si quieres convertir su consumo en un momento memorable, con un buen chocolate a la taza.

También un zumo de frutas natural, por ejemplo de naranja, es un buen compañero para las castagnole. Y si quieres darte un homenaje, saboréalas con un vino dulce como una malvasía o un moscatel, incluso con un licor de frutas o un orujo para los más atrevidos.

Unos hilos de miel o un chorrito de licor de anís darán a tus castagnole un sabor distinto, ¡pruébalo!

En algunas zonas de Italia se elaboran castagnole de un tamaño mayor para poder rellenarlos de crema pastelera, crema de chocolate, crema de ricotta dulce o crema de limón.

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