Que la carne quede jugosa , eso es lo más importante a la hora de cocinar unas carrilleras. Y es que aunque se trata de una pieza que puede quedar exquisita, requiere de una cocción larga (a veces incluso a veces de una maceración previa). Pero te garantizamos que esta receta está pensada para que queden tiernas y con un sabor absolutamente adictivo. ¡Te van a encantar! Las carrilleras al vino son un clásico y quedan de maravilla pero es que a estas les hemos dado una vuelta de tuerca añadiéndoles chirivías y, lo mejor de todo, avellanas. Y es que los frutos secos están muy infrautilizados en nuestra cocina cuando son un contrapunto de sabor maravilloso, especialmente en los platos de carne donde además añaden un punto crujiente que mejora la experiencia de comer en todos los sentidos. En este caso, hemos conservado las verduras enteras pero si quieres puedes sacarlas del guiso, triturarlas con la batidora eléctrica, y volverlas a incorporar para que hagan una salsita suave . También puedes servir las carrilleras acompañadas de una guarnición de patatas, que puedes cocer junto con la carne, o asarlas en el horno. Consejos: Si acudes a una carnicería de confianza es más que probable que te deshuesen las carrilleras ellos mismos y tú no tengas que enfrentarte a ese reto. Aún así, si tienes maña y un buen cuchillo, adelante, porque también es posible que necesiten un repaso de limpieza cuando llegues a casa. Sobre todo para retirarles bien todas las telillas y la grasita. Para reducir el vino del guiso, sube la intensidad del fuego durante unos minutos y remueve bien . Cuando deje de oler a alcohol, vuelve a bajar la intensidad. Pelar las avellanas es tedioso, no nos vamos a engañar. Por suerte en algunas grandes superficies ya las encontramos peladas. Si no das con ellas, lo mejor es hacerlas girar entre los dedos para que se vaya desprendiendo sola.