Esta tarta es, definitivamente, la opción perfecta para colarse en el top ten de tu lista de postres. Se trata de una tarta de origen alemán que tiene más de 100 años de antigüedad y ha pasado de padres a hijos sin perder su esencia. Puedes servirla en ocasiones especiales o darte un buen homenaje un fin de semana cualquiera. Se trata de una receta que se realizaba en el sur de Alemania, se remonta al siglo XIII y nos evoca familia y hogar. Es el postre casero que puedes establecer casi como un ritual: ponte a prepararlo con música relajante y rememora la voz de tu abuela dándote indicaciones y sonriendo desde el cielo. Yo no sé qué os sugiere la imagen del postre, pero a mí me trae a la retina el recuerdo de mí misma con 30 años menos, pegada a la puerta del horno y observando hipnóticamente cómo la masa alcanza su punto máximo mientras se hornea . Es calidez y es felicidad. Y si, como yo, quieres transportarte a la niñez a través de un postre, te propongo algunas recetas tradicionales con las que sentirás el sabor del hogar: Tarta de la abuela de galletas y natillas Tarta esponjosa de la abuela con bizcochos de soletilla y chocolate Tarta de manzana de la abuela