Si crees que hacer unas albóndigas clásicas es demasiado laborioso, pero tienes antojo, la solución está en tu cocina. Recurre a tu freidora de aire para preparar esta versión exprés. Podrás disfrutar de un plato de lo más rico, sin esfuerzo , en un momento y sin renunciar al sabor casero de siempre. Además, puedes complicarte o simplificar todo lo que quieras. Si quieres ser purista, puedes comprar la carne, picarla en casa y dar forma a las albóndigas tú mismo (con su huevo, pan, ajo, perejil...) a comprarlas ya elaboradas en tu carnicería de confianza. Y lo mismo con la salsa. Si vas apurado recurre a una comercial ya envasada. Si no, siempre te recomendamos que apuestes por una salsa de tomate casera que puedes tener siempre lista. Con las patatas del acompañamiento también pueden ser congeladas y prefritas que se hacen en un momento o frescas (que tampoco tardas tanto en pelarlas y cortarlas...). Solo tendrás que hacer primero las albóndigas en la freidora , luego las patatas y por último volver a calentar las albóndigas con la salsa para que se integren bien todos los sabores.